Villa Serena acogerá familias de refugiados
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
En el nombre, un destino y, en este caso, un deseo: el de una vida tranquila después de tantas dificultades. "Villa Serena" quiere ser de hecho un lugar de llegada seguro, un hogar para los refugiados que han llegado a Italia a través de los corredores humanitarios. Se trata de una estructura que estará destinada en particular a acoger a mujeres solas, mujeres con menores, familias en estado de vulnerabilidad.
Una casa para los primeros meses
En un comunicado de la Limosnería Apostólica se informa que "Villa Serena" fue ofrecida al Papa Francisco, en comodato de uso gratuito, por las Hermanas Siervas de la Divina Providencia de Catania, que siempre se han comprometido con la educación, por el amor a los pobres y que trabajan a través de la "casa de familia" para ayudar a las personas en su formación y cuidado. Se trata de un edificio situado en Roma, en Via della Pisana, en el que se acogerá a un máximo de 60 personas y que tendrá principalmente "la finalidad de acoger a los refugiados en los primeros meses después de su llegada, para luego acompañarlos en un camino de autonomía de trabajo y alojamiento".
A la escucha del Papa
Es una respuesta a la invitación de "Fratelli tutti", la Encíclica del Papa, a acoger adecuadamente a los que huyen de guerras, persecuciones y desastres naturales. La Villa está encomendada a la Comunidad de Sant'Egidio que, desde 2015, "ha abierto corredores humanitarios para los refugiados sirios, procedentes del Cuerno de África y, últimamente, de Grecia, en particular de la isla de Lesbos". Una actividad que ha involucrado a más de 2600 personas, entre ellas un gran número de menores.
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