Urbańczyk a la OSCE: promover el papel de la mujer en la prevención de conflictos
Isabella Piro - Ciudad del Vaticano
"Alentamos a todos los Estados Miembros a seguir trabajando por la paz y la justicia, cumpliendo los compromisos que han asumido por consenso": así abrió el discurso del Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa), durante la 1298ª reunión del Consejo Permanente del organismo. En particular, Monseñor Urbańczyk recordó que "una paz real y duradera sólo será posible sobre la base de una ética mundial de cooperación al servicio de un futuro caracterizado por la interdependencia y la responsabilidad compartida en toda la familia humana". Refiriéndose entonces al 20º aniversario, celebrado el pasado 3 de octubre, de la aprobación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre mujeres, paz y seguridad, el prelado subrayó la necesidad de "recordar vivamente la contribución irremplazable que las mujeres ofrecen en materia de reconciliación y consolidación de la paz". "La Santa Sede – añadió - sigue convencida de la necesidad de promover el papel de la mujer en todos los niveles de la prevención de conflictos, la gestión y resolución de crisis y los procesos de reconstrucción después de los conflictos".
Todos los derechos humanos deben ser protegidos en la misma medida
También fue fundamental el llamamiento a prestar "especial atención a los derechos humanos, la democracia y la igualdad de género", adoptando "un enfoque que respete en la misma medida todos los derechos humanos universalmente reconocidos, para evitar establecer una jerarquía entre ellos". Ello se debe a que, según especificó el Observador Permanente, "los derechos humanos no deben utilizarse nunca ni como medio para promover programas políticos, económicos, militares, culturales o ideológicos, ni como términos abiertos que los diferentes actores puedan cambiar según sus propósitos". Por lo tanto, la Santa Sede espera que los Estados miembros de la OSCE respeten los criterios de "imparcialidad y profesionalidad" de sus estructuras ejecutivas, a fin de llevar a cabo "trabajos y proyectos de conformidad con los compromisos asumidos", especialmente en el ámbito de la "igualdad entre mujeres y hombres".
La tolerancia y la no discriminación sean prioridades de la OSCE
El representante del Vaticano también se refirió al "principio de buena fe", para asegurar que "los compromisos existentes no se modifiquen, transformen o cancelen sustancialmente a través de 'interpretaciones' impropias", en detrimento de la "regla de consenso que es la base de la OSCE". Además, en nombre de la Santa Sede, el Observador Permanente instó a la presidencia sueca de la organización para el año 2021 a "mantener el tema de la tolerancia y la no discriminación como prioridad en su programa", prestando "mucha atención a la creciente intolerancia y discriminación contra los cristianos, los judíos, los musulmanes y los miembros de otras religiones". En concreto, se recomendó adoptar un enfoque que "reconozca la especificidad de estas formas de intolerancia y discriminación y responda a las necesidades particulares de las comunidades interesadas, sin mostrar prejuicios ni selectividad preferente entre ellas". De esta manera", dijo Monseñor Urbańczyk, convencido, "la OSCE podrá responder eficazmente a los desafíos de seguridad a los que se enfrentan todas las comunidades religiosas de la región".
Se necesita una acción común contra la pandemia
Por último, el Observador Permanente instó a los Estados miembros a "adoptar medidas comunes frente a las amenazas mundiales, incluida la pandemia de Covid-19", a fin de que la OSCE sea "más fuerte y resistente", dejándose guiar por el "timón de la dignidad humana y la brújula de los principios sociales fundamentales".
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