Cuando Radio Vaticano encontró casa

De una emisora que "explotó" en diferentes lugares a un centro de producción repartido en las seis plantas de la estructura que desde hace 50 años se asoma al Castel Sant'Angelo. La historia que llevó a la emisora papal a su actual ubicación gracias a la intuición de Pablo VI

Alessandro De Carolis - Ciudad del Vaticano

Al principio fue la era técnica. La onda hertziana que en la tarde del 12 de febrero de 1931 envió el primer mensaje radiofónico de un Papa alrededor del globo fue el primer paso en la evolución de la criatura de Marconi construida detrás de la cúpula de San Pedro. Un paso bien conocido y celebrado muchas veces en los 90 años de Radio Vaticano, pero que en realidad es sólo el primero de al menos tres fases identificables entre su fundación y los años 80 del siglo pasado.

Los dos pasos

El segundo paso se adentra en lo que podría definirse como "la era de los informativos radiofónicos". La emisora pontificia que durante la Segunda Guerra Mundial se había hecho, a su pesar, sus huesos al descubrir el potencial que tenía, no sólo como gran altavoz de los Pontífices, sino también como medio de comunicación de masas, a finales de los años cincuenta entró en la era de la información. Fue el 1 de enero de 1957 cuando se publicó el primer número del "Radiogiornale", una publicación que era al mismo tiempo una emisión radiofónica en siete idiomas y un boletín impreso. Después de una década, se avecina la tercera era y Pablo VI, el Papa "periodista", le abre el horizonte.

La hora de formarse una opinión

Un día de principios de verano de 1966, el Papa Montini llegó al Centro de Radiodifusión de Santa Maria de Galeria. El cardenal de Nueva York Francis Joseph Spellman y los Caballeros de Colón habían donado al Vaticano dos transmisores de onda corta cada uno. Pablo VI, que conocía bien el valor de la información -su padre había dirigido durante muchos años el periódico católico "Il Cittadino" de Brescia y sólo 3 años antes había promulgado el decreto conciliar sobre los medios de comunicación, Inter mirifica- aprovechó la ocasión de la inauguración de las dos máquinas para dar una orientación clara. La Radio Vaticana, dice en sustancia, no es sólo el gigantesco megáfono del audio de los Papas, sino que debe ser también un incisivo instrumento de opinión.

No sólo la tecnología

Hay un pasaje en el discurso de aquel 30 de junio de 1966 que tiene el peso específico de una piedra fundacional. Hablando de la intención de dar a la Radio "nuevas mejoras y nuevos incrementos", el Papa Montini precisa que pensaba especialmente en el "sector de los programas", que son, afirma, "la parte principal de la obra relativa a la Radio: es decir, su finalidad, su uso, su utilidad efectiva". "Sería inútil -concluye- tener un instrumento magnífico, si no supiéramos magníficamente utilizarlo". Ese discurso contiene una insinuación de un proyecto que vale una promesa. " Sólo diremos aquí -añadió Pablo VI- que se está estudiando un plan orgánico de expansión de los programas de Nuestra Radio". Pablo VI piensa en una especie de gran redacción, estructurada de forma homogénea, que ponga a las distintas secciones lingüísticas en condiciones de trabajar juntas. De hecho, a partir de ese momento, el centro de gravedad de Radio Vaticano cambió. Si antes el director general era el director técnico, ahora quien esté llamado a dirigirlo tendrá que entender de planes editoriales. Y fue el inicio de una fuerza centrípeta de toda la producción mediática de la emisora, que fue el preludio del nacimiento de una sede centralizada.

Cambios

A finales de 1967 había 32 lenguas que se utilizaban regularmente en las emisiones, pero la zona desde la que se transmitían los programas siempre había estado dispersa en torno al Vaticano. En junio de 1967 la Dirección y las oficinas de Programas se trasladaron en bloque desde el ex Petriano (donde se encontraban desde 1959) a la sede provisional del Palazzo Torlonia, a lo largo de la Via della Conciliazione, pero ya en 1969 la dirección miraba hacia la sede que Pablo VI había diseñado para la Radio. Se trata del Palazzo Pio, construido entre 1948 y 1950 según un diseño de los arquitectos Piacentini y Spaccarelli y llamado así en homenaje a Pío XII. Se decidió que 1970 sería el año del punto de inflexión y las diversas asociaciones católicas vaticanas e italianas que habían poblado el edificio hasta entonces se trasladaron gradualmente a otro lugar. Las primeras en estar disponibles -y renovadas con dirección, estudios y equipamiento adecuados- fueron las plantas tercera y cuarta. El 1 de enero de 1970 empezaron a funcionar los primeros programas desde lo que se llamó el "Centro de Producción" y a finales de mes, el día 29, el Secretario de Estado, el cardenal Jean Villot, llegó hasta el Palazzo Pio para presidir la inauguración de ese primer centro radiofónico.

La Radio en Palazzo Pio

A diferencia de hoy, la entrada al edificio en los años de su puesta en marcha daba a la Vía de la Conciliación. Mientras tanto, los trabajos avanzaron rápidamente, las líneas se conectaron a las de la Palazzina Leone XIII -la primera sede de la emisora de Marconi en los Jardines Vaticanos- y en 1972 la distribución de los distintos departamentos -redaccional, técnico y administrativo- tomó su forma inicial. La primera planta albergaba los 15 programas para Europa del Este y la Biblioteca, mientras que la tercera planta albergaba la Dirección de Programas, la Redacción Central (el futuro SeDoc, hoy REI), los programas de música y los de francés, español, portugués, alemán y escandinavo. En la cuarta planta se ubican los informativos de la radio y las secciones de italiano, árabe, chino, etíope y japonés, incluido el Centro de Control, centro técnico de la emisión. Las plantas quinta y sexta también albergan estudios (hay un total de 7 en el edificio) y otras instalaciones y servicios de mantenimiento técnico.

Nuevo comienzo

Otros dos años vieron nacer los Archivos Sonoros - con la "Discoteca" y la "Nastroteca", esta última depositaria de las grabaciones de los Papas - mientras que en 1974 la reestructuración de la planta baja de Palazzo Pio permitió abrir el acceso definitivo, el histórico de Piazza Pia 3. Y fue desde este ingreso que poco después del mediodía, el 5 de febrero de 1980, entró Juan Pablo II, el primer Papa que pisó Palazzo Pio y que visitó los 40 programas de la estación en una hora y media. En una década que Radio Vaticano encontró un hogar, otra historia comienza.

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11 febrero 2021, 09:00