El Príncipe Felipe, Gallagher: testigo del mundo al lado de Isabel
Giancarlo La Vella - Ciudad del Vaticano
El Castillo de Windsor, sede hoy del funeral del Príncipe Felipe, fallecido a casi 100 años de edad el pasado viernes. A causa de la pandemia, sólo unas 30 personas de la familia real estuvieron presentes en el último adiós al consorte de la reina Isabel. Pero también una forma de respetar los deseos de Felipe, que no quería funerales de Estado. Se va con la compostura y la intimidad de quien durante más de 70 años ha estado al lado de la soberana británica sin sobrepasar nunca su papel de escolta de Isabel en vida y en el papel de monarca.
La ceremonia en la Iglesia Anglicana de Todos los Santos de Roma
Paralelamente al funeral en el Castillo de Windsor, se celebró una fiesta en memoria del Duque de Edimburgo en la iglesia anglicana de Todos los Santos de Roma, en presencia del arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario del Vaticano para las relaciones con los Estados. En su homilía, el prelado describió a Felipe como un observador constante, durante sus casi cien años, de la historia contemporánea, una historia que ha visto muchos cambios, en la difícil posición de príncipe consorte vivida siempre con gran equilibrio. Gallagher destacó su formación militar y su papel como colaborador de más de 800 organizaciones y organizaciones benéficas.
Cerca de la generación más joven
Estuvo especialmente cerca de las generaciones más jóvenes, interesándose por su bienestar y su futuro, incluso estableciendo el Programa de Premios Duque de Edimburgo, que ha demostrado ser una herramienta inestimable en el proceso de maduración de muchos jóvenes.
La batalla ha terminado
Por último", recuerda monseñor Gallagher, "el príncipe Felipe vivió una vida de muchos contrastes, y algunos sólo podían conciliarse con dificultad, mientras que otros, comprensiblemente, causaban resentimiento y dolor. Para el comandante naval, el consorte, el padre de familia numerosa, para el líder en benevolencia y educación ahora la batalla ha terminado, y todo vuelve a estar tranquilo en el bosque. Puede que el gran árbol haya caído, pero deja su huella y fomenta el nuevo crecimiento hacia el cielo".
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