El arte de Bernardo Bitti ejemplo de inculturación de la fe de los más sencillos
Ciudad del Vaticano
“Bernardo Bitti S.J. en los Archivos de la Compañía de Jesús”, es el título del webinar organizado por la Embajada del Perú ante la Santa Sede, que se desarrolló la tarde de este martes, 8 de junio de 2021, con la finalidad de dar a conocer la figura y el aporte de este religioso jesuita en la evangelización a través del arte del Perú y de América Latina. En la presentación del evento, la Señora María Elvira Velásquez Rivas-Plata, Embajadora del Perú ante la Santa Sede, la República de Malta y la Soberana Orden de Malta, destacó “la experiencia de fe del misionero italiano, que vivió su misión en clave de arte y de apertura al otro”.
Padre Sosa: Bitti con el arte ayudó en la fe a los más sencillos
Por su parte, el Padre Arturo Sosa Abascal S.J., Superior General de la Compañía de Jesús, a través de un video mensaje dio inicio al seminario web señalando que, “en el marco de la celebración de los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, de esa experiencia que transformó la vida de Ignacio para siempre y que dio lugar a una espiritualidad que ha facilitado el encuentro de mucha gente con Dios”; han habido muchos hombres, a lo largo de la historia, que han seguido esta experiencia de conversión, como San Pedro Canisio – de quien se celebra este año el V centenario de su nacimiento – así como también del hermano Bernardo Bitti, pintor que supo usar el arte en la espiritualidad para ayudar en la fe de todos, especialmente de los más sencillos. Esta experiencia de los Jesuitas en el Perú, afirmó el Padre Sosa, permitió “conocer, amar y adoptar”, en una cultura tan diversa de la europea, a los hermanos que radicaban en esas tierras y esto fue un ejemplo de la permanente misión de la Compañía de Jesús, que hoy se identifican con los cuatro retos o preferencias apostólicas: “Mostrar el camino hacia Dios, caminar con los excluidos, acompañar a los jóvenes en camino y cuidar nuestra Casa común”.
Hermano Soto: Bitti en la provincia del Perú
“Los papeles jesuíticos de Perú en Roma”, fue la segunda ponencia a cargo del Hermano Wenceslao Soto, S.J., del Archivo Romano de la Compañía de Jesús. El Hermano Soto explicó la importancia que tienen los Archivos de la Compañía, en el proceso de evangelización del nuevo mundo. Para ello, trazó una línea del tiempo señalando los momentos más sobresalientes de la Compañía en la evangelización de América, desde los largos viajes que iniciaban en España, en 1547 y después de 8 meses llegaban al puerto del Callao, en Perú, pasando por El Caribe, Cartagena de Indias y Panamá. Asimismo, el historiador español señaló que desde entonces se formaron las primeras provincias jesuitas en el nuevo mundo y una de ellas fue la del Perú, la misma que pertenecía a la Asistencia de España.
Un aspecto importante del gobierno de las provincias jesuíticas, indicó el Hermano Soto, era que el Gobierno de la Compañía era centralizado, es decir, para que el Padre Superior tuviese un mayor conocimiento de las provincias, era necesario tener mayor información de ellas, por ello, desde el inicio llegaban cartas y mensajes de todo el mundo y es así que se dio origen al ARSI, el Archivo Romano de la Sociedad de Jesús, donde venían archivados todos los documentos de la Compañía en el mundo. Este Archivo comprende tres grandes bloques: la Compañía Contemporánea, la Compañía Antigua y el Fondo jesuítico. Precisamente en el segundo bloque, podemos encontrar toda la información relativa a la historia de Bernardo Bitti, jesuita italiano que fue de misión a la provincia del Perú, entre 1575 a 1610.
Elena Amerio: Bitti se formó el arte de Camerino del siglo XV
Por su parte, la Magister Elena Amerio, de la Universidad Autónoma de
Madrid, sostuvo la ponencia “Evangelizando con el arte: Bernardo Bitti, un jesuita italiano en el Virreinato del Perú”. La historiadora italiana señaló que, el descubrimiento de las obras de Bitti si dio con su visita al Perú y la contemplación del lienzo de la “Coronación de la Virgen” (1575 – 1583) que se encuentra en la Iglesia de San Pedro en Lima y de la cual surgió la pregunta sobre cual había sido la “formación italiana” de Bernardo Bitti, ya que en sus obras se reflejaban muchos elementos artistiscos europeos, pero también reflejaban nuevos elementos andinos.
Elena Amerio señaló que, fue en el ARSI donde pudo encontrar dos documentos que le ayudaron a trazar el origen y la formación de Bitti. Uno de ellos fue le Liber Novituorum, un libro en el cual se conservan las cartas de admisión a la Compañía, y un 2 de mayo de 1568, se lee en el documento, se admite a Bernardo Bitti ingresar a la Compañía. El otro texto, el Codex Novitiorum, también da testimonio de la permanencia de Bitti en Roma, de sus cualidades como pintor, de su ciudad natal, Camerino, de sus padres, y de otros datos familiares. Todo esto nos hace ver, señaló la estudiosa, que Bitti transcurrió al menos dos años en Roma, probablemente en el Colegio de San Andrea al Quirinale. Sobre la formación artística de Bitti, Elena Amerio subrayó que, Bernardo Bitti se formó en el contexto de Camerino del siglo XV, donde predominaba una presencia de artistas y de cultura de la contra reforma, post tridentina.
Padre Dejo: Bitti buscaba “anclajes” en las culturas locales
“Caminos y atajos del arte en la evangelización de los Andes (ss. XVI-XVIII)”, fue el tema presentado por el Padre Juan Dejo, S.J., teólogo e historiador, Oficial de Archivo y Patrimonio de la Provincia Jesuita del Perú. En su ponencia, el Padre Dejo se detuvo a analizar las cosmovisiones del tiempo y las dificultades en la comprensión de la evangelización. Para ello, partió de la pregunta: ¿Cuál es la importancia del pintor jesuita Bernardo Bitti en el proceso de la evangelización? Para responder a esta pregunta – afirmó el Padre Dejo – es necesario tener presente el “catálogo adecuado del pintor, contextualizar el tiempo en que se produjo su trabajo y misión, y entender el discurso entre el arte y el discurso evangelizador”.
Para el Padre Dejo, el estudio de la iconografía y arte colonial esta especialmente enfocado en el análisis del simbolismo de origen occidental subyacente en la representación, en algunos casos, con algo de lectura de los elementos propios de la racionalidad andina. Es por ello, que Bitti trató de aprovechar las representaciones artísticas para poder anunciar la fe, ya que los misioneros trataban de encontrar “anclajes” en las culturas locales que les permitiesen afianzar en ellas los presupuestos conceptuales de la fe cristiana.
Cardenal Tolentino: Bitti un ejemplo de inculturación
Finalmente, se proyectó el video mensaje del Cardenal José Tolentino de Mendonça, Archivero y Bibliotecario de la Santa Romana Iglesia, el el cual resaltó que este tema del “arte al servicio de la evangelización” nos brinda una ocasión para múltiples reflexiones. Una de ellas es que, desde 1578 los jesuitas peruanos pidieron al Prepósito General un pintor para difundir la doctrina cristiana entre los indios y enviaron al Hermano Bitti, quien lo hizo traduciendo en el nuevo mundo y encarnando en el Perú de su tiempo, con la técnica del maguey usado por los indios, un nuevo anuncio del Evangelios, seguramente fue un ejemplo de inculturación. Bitti también fue un artista, pintor, escultor, entre tantos otros artistas que dejaron un signo en el arte Latinoamericano, ellos fueron apóstoles y evangelizadores. Los retablos de Bitti – concluyó el Cardenal – fueron expresión de su piedad de cristiano y jesuita, escuela, alimento de piedad y alimento del pueblo peruano y latinoamericano.
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