Premio Nobel de Química, Charpentier, nuevo miembro de la Academia de las Ciencias
Andrea De Angelis - Ciudad del Vaticano
La Pontificia Academia de las Ciencias tiene un nuevo miembro ordinario y es un Premio Nobel. La profesora Emmanuelle Marie Charpentier, fundadora y directora de la Max Planck Unit for the Science of Pathogens en Berlín, ha sido nombrada hoy por el Papa Francisco. Nacida el 11 de diciembre de 1968 en Juvisy-sur-Orge, la científica francesa se especializó en Biología, Microbiología, Bioquímica y Genética en la Universidad Pierre et Marie Curie de París. Es profesora honoraria de Microbiología en el Institut für Biologie de la Humboldt-Universität zu Berlin y anteriormente enseñó en la Universidad de Umeå (Suecia). El nombramiento fue anunciado esta mañana en el boletín de la Oficina de Prensa del Vaticano.
El Premio Nobel de Química
El nuevo miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias ya es miembro de la Academia de Tecnología y de la Academia de Ciencias de Francia. El año pasado, junto con la profesora Jennifer Anne Doudna, recibió el Premio Nobel de Química por el desarrollo del método de edición del genoma CRISPR-Cas9. Un método que la Academia de Estocolmo reconoce como revolucionario, ya que, al modificar el ADN de plantas, animales y microorganismos con extrema precisión, "ha tenido un gran impacto en las ciencias de la vida, está contribuyendo a nuevas terapias contra el cáncer y puede hacer realidad el sueño de curar las enfermedades hereditarias".
La Academia Pontificia de las Ciencias
Emmanuelle Marie Charpentier se incorpora así a una Academia cuya particularidad es que es la única supranacional del mundo en el ámbito de la ciencia. Fundada en Roma por Federico Cesi, Giovanni Heck, Francesco Stelluti y Anastasio de Filiis el 17 de agosto de 1603 con el nombre de Linceorum Academia, de la que Galileo Galilei fue nombrado miembro el 25 de agosto de 1610, fue refundada en 1847 por Pío IX con el nombre de Pontificia Academia de los Nuevos Lincei. Se trasladó a su ubicación actual, la Casina Pio IV en los Jardines Vaticanos, en 1922 y fue Pío XI en 1936 quien le dio su nombre y estatutos actuales. Su misión es honrar la ciencia pura dondequiera que se encuentre, garantizar su libertad y fomentar la investigación para su avance. La Academia está dirigida por un Presidente, asistido por el Consejo. Sus 80 Académicos Pontificios son nombrados de por vida por el Santo Padre a partir de propuestas del cuerpo académico y elegidos, sin ninguna forma de discriminación étnica o religiosa, entre los más eminentes científicos y estudiosos de las ciencias matemáticas y experimentales de todo el mundo.
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