Cardenal Sandri: San Luis, un Rey poderoso al servicio de los pobres
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
“Celebramos a un rey poderoso, uno de los primeros de su tiempo. Pero nuestro Dios no magnifica este tipo de grandeza o poder. Dios nos revela en Jesucristo un ideal completamente diferente: el del servicio, la pobreza de corazón y la humildad vivida en el don de uno mismo”. Estas las palabras del prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, durante la misa, el pasado domingo, en ocasión de la solemnidad de San Luis, Rey y Co-Patrono de Francia.
Ante los numerosos sacerdotes que concelebraron la Eucaristía y en presencia de los Embajadores de Francia ante la Santa Sede, el Quirinal y la FAO, reunidos en la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma, el purpurado presentó al monarca Luis IX (1214-1270), como un modelo para todo el pueblo de Dios, un modelo de vida cristiana al servicio de Cristo y del prójimo, pues su amor a Cristo y a la Iglesia, a la justicia y a los más pobres continúa siendo “una enseñanza para todos, sea cual sea nuestro estado de vida o nuestra vocación”
Un Rey de rodillas ante su Salvador
“Fue un hombre de oración que meditó en el Evangelio, vivió intensamente de la divina Eucaristía y se dejó renovar en el sacramento de la Penitencia”, afirmó el cardenal Sandri al recordar que San Luis fue un hombre de profunda vida interior, “un rey que no temía arrodillarse públicamente ante su Salvador como un mendigo”, pues estaba consciente de sus debilidades y supo encontrar la verdadera fuerza para servir a su pueblo, al “elegir solo a Dios en la Iglesia que Él ha instituido”
Imitar la sencillez y la pobreza de los primeros franciscanos, la humildad de corazón “como cualquier miembro sufriente de Jesucristo", fue – según palabras del purpurado - el camino que tomó Luis IX para seguir a Cristo y lo que le permitió pasar de un reino terrenal al Reino de Dios.
“Este camino del amor verdadero es exigente. Jesús fue el primero en tomarlo prestado. E implica elecciones valientes, lejos de compromisos que pueden convertirse en compromisos serios. Porque solo el don total conduce a la santidad, a una vida libre y verdadera, libre de todo mal y de todo apego mundano”, enfatizó el cardenal Sandri.
Modelo de caridad cristiana
Al pedir la intercesión de San Luis por los líderes y por toda la nación francesa, el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el purpurado invitó a los presentes a rezar a la Virgen Mará, especialmente en este mes del Rosario, para que los apoye en su seguimiento de Cristo.
“Hoy más que nunca, el mundo necesita este testimonio concreto de la caridad cristiana. En particular, su infinita misericordia por los más pobres y pecadores” concluyó el cardenal Sandri.
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