Gallagher: "Gracias a los misioneros italianos, ejemplo de valor y generosidad"
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
«Hijos de Italia, símbolo de la "generosidad" de un país, pero al mismo tiempo representantes de la Iglesia universal y de los deseos del mundo». Con estas palabras el Secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, expresó su profunda gratitud a los misioneros italianos reunidos esta mañana en la Villa Farnesina de Roma para participar en una conferencia dedicada precisamente a ellos y a su labor misionera.
"Gracias por vuestro ejemplo valiente y por vuestro testimonio de fe", comenzó diciendo el arzobispo, quien compartió su alegría por la reciente liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez Argoti, secuestrada en 2017 en Karangasso, al sur de Mali, la cual también se produjo gracias a la "contribución italiana".
El servicio diplomático de la Santa Sede
"Expertos misioneros", así definió Gallagher a los religiosos, religiosas y laicos que han hecho de su vida "no una actividad misionera, sino una experiencia misionera".
"Dirigirme a vosotros me parece un poco como querer enseñar a los gatos a trepar", añadió el prelado con simpatía.
Al mismo tiempo, Gallagher hizo hincapié en el hecho de que hay muchos puntos en común entre el servicio diplomático de la Santa Sede y la vida misionera, puesto que, "se sale de la propia tierra, se pone al servicio de nuevas realidades, se hace todo lo posible para entrar en las formas y culturas de las naciones a las que se es enviado".
En defensa de la dignidad humana y la vida
Es por ello que el Papa Francisco ha insistido en que se incluya un año de experiencia misionera en la formación de los futuros diplomáticos: "Precisamente para subrayar que no puede haber un verdadero servicio sin la capacidad de estar cerca de los demás", explicó el Secretario para las Relaciones con los Estados.
Y, deteniéndose en la acción dentro de la comunidad internacional, el prelado reiteró el compromiso de la Santa Sede que "no cesa de alzar su voz en defensa de la dignidad de toda persona y del carácter sagrado de toda vida humana, especialmente de las más débiles, para reclamar el derecho fundamental a la libertad religiosa y para promover unas relaciones entre los hombres y los pueblos basadas en la justicia y la solidaridad".
"En el desempeño de su función internacional, la Santa Sede está siempre al servicio de la salvación integral del hombre", subrayó.
Nadie se salva solo
Un servicio que -según el Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados- es hoy más necesario que nunca, en este "difícil momento histórico" marcado por la pandemia, durante el cual "todos hemos experimentado el desánimo, el desencanto, la fatiga; e incluso la amargura conformista, que quita la esperanza, ha podido apoderarse de nuestra mirada".
Es precisamente en este escenario donde -como ha dicho varias veces el Papa Francisco- "urgen los misioneros de la esperanza que, ungidos por el Señor, sean capaces de recordar proféticamente que nadie se salva solo".
Por ello, vuestro testimonio -insistió monseñor Gallagher- nos recuerda que el mundo sólo puede crecer y seguir su camino si vivimos con un corazón amplio y vasto que no sólo se preocupe por la hipseidad, sino que esté abierto al otro:
Mensaje de Sergio Mattarella
Los participantes en la Conferencia recibieron también un mensaje del Presidente italiano, Sergio Mattarella, que reiteró "el reconocimiento de las instituciones al papel, a menudo silencioso pero esencial, de los misioneros italianos en el mundo".
"Vuestra contribución -escribió el Jefe de Estado- fue, si cabe, aún más relevante en las fases más agudas de la pandemia, especialmente en las latitudes más remotas y en las zonas de crisis".
Igualmente, para Mattarella, "la experiencia de las mujeres y los hombres que ofrecen generosamente sus conocimientos y su dedicación con su trabajo realizado en el respeto de la dignidad de la persona y de la diversidad es inestimable".
Los misioneros italianos -concluyó- comparten con sus comunidades de acogida el horizonte de un futuro mejor. Su contribución, de la que todos podemos estar orgullosos, es muy apreciada por los países anfitriones y por los italianos en el extranjero.
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