Cardenal O'Malley sobre abusos: Conocer el sistema para cambiarlo
Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano
"Las estadísticas dejan a uno sin palabras. Pero no podemos permitir que nuestra reacción a ellas oscurezca su finalidad: evaluar las medidas adoptadas por la Iglesia para tratar este flagelo y hacer todas las recomendaciones útiles para transformar un sistema que ha fracasado a nivel cuantitativo y cualitativo". Así lo escribe en un mensaje, el cardenal Seán Patrick O'Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la protección de los menores, que dirigió a los participantes en la Jornada Europea para la Protección de los Niños contra la Explotación y los Abusos Sexuales, sobre el tema: "Hacer el círculo de la confianza verdaderamente seguro para los niños". En Roma en particular el Congreso internacional organizado por Telefono Azzurro sobre el tema "El derecho a la confianza" con la participación de expertos de todo el mundo, para desarrollar acciones concretas, directrices y protocolos para la protección de los más pequeños. (Para seguir, haga clic aquí)
Transformar un sistema que falla
Partir de este punto, de la trágica realidad global que las cifras describen, "transformar un sistema fallido". El cardenal cparte desde aquí, citando las cifras de la OMS. 120 millones de chicas y jóvenes menores de 20 años han sufrido algún tipo de contacto sexual forzado; una mujer de cada cinco y un varón de cada trece refieren haber sufrido un abuso sexual antes de cumplir los 18 años; y en algunas partes del mundo, uno de cada dos niños ha sufrido un abuso sexual; y debido a la vergüenza, del estigma y del miedo asociados a su experiencia, al menos el 60% de las víctimas/supervivientes de abusos sexuales infantiles nunca lo revelan.
Se necesita una investigación honesta
Igualmente "sombrías" son las cifras que el cardenal resume sobre el alcance de este problema en la Iglesia católica. Francia se cita con una estimación de 216.000 niños abusados desde 1950 hasta el 2020, según la encuesta de la Comisión Independiente (CIASE). Incluso en Australia, señala el cardenal, el 40% de los abusos sexuales a menores en el periodo examinado por la Royal Commission of Inquiry se produjeron en un entorno relacionado con la Iglesia católica.
¿Cómo se puede transformar el sistema? Necesitamos "una indagación honesta, una investigación independiente y una acción informada" porque, dice el cardenal O'Malley, "no podemos reparar lo que no reconocemos. No podemos restablecer la confianza rota si no llegamos al fondo del asunto".
Aprender unos de otros: Iglesia, sociedad y cultura
El cardenal destaca la importancia, como Iglesia, de "aprender de los avances de la sociedad civil y del mundo académico en cuanto a modelos de investigación científica", para aplicar un "enfoque más informado a nuestras estrategias de prevención y políticas de protección, sobre el terreno y online". Así, intercambiando y aprendiendo los unos de los otros, será posible – subraya – conseguir que la protección global sea una prioridad, lo que requiere "una inversión en la construcción de relaciones de confianza y apoyo interinstitucional".
El papel clave de las víctimas
El papel de las víctimas y de los supervivientes de los abusos es clave en el camino de la reparación: el Papa está convencido de ello y con él la Comisión. El cardenal que preside el órgano creado por Francisco en 2014, lo señala en el mensaje de hoy, recordando la carta al pueblo de Dios escrita en 2018 por Francisco en la que señala que las heridas generadas en las víctimas, cuyo " dolor" hemos conocido con el tiempo, "no desaparecen nunca".
Reunión con víctimas de abusos en Baltimore
Finalmente, del cardenal la referencia a la Jornada de hoy, la primera fijada por la Iglesia italiana para la oración por las víctimas y supervivientes deseada por el Papa Francisco junto con la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores como un reconocimiento público y visible de las víctimas de los abusos sexuales por parte del clero, para promover la sensibilización de todos los fieles bautizados y no bautizados, como desea el Santo Padre en su Carta al Pueblo de Dios (2018).
Al mismo tiempo", señala el cardenal, "en Baltimore caminaré en comunión silenciosa de oración con representantes de quienes fueron víctimas de abusos cuando eran menores, junto con hermanos obispos, líderes religiosos y representantes de la sociedad civil. Al amanecer, en la orilla del río de la ciudad de Baltimore, nos reuniremos como colectivo global en reconocimiento de nuestro compromiso – Iglesia y sociedad civil – de caminar con ellos en un viaje de sanación para todos nosotros”.
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