Krajewski: en Ucrania para llevar la ayuda y la bendición del Papa
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
El itinerario es incierto, pero el objetivo es claro: "Llegar a la gente que sufre y llevarles la cercanía del Papa, decirles que los ama, y rezar con ellos porque la oración también puede detener la guerra". El cardenal Konrad Krajeswki, el limosnero del Papa que ya acudió a la basílica romana de Santa Sofía, el 3 de marzo, para llevar paquetes de ayuda a la comunidad ucraniana, es uno de los dos cardenales que el Papa envía a Ucrania para dar apoyo material y espiritual a la población que vive bajo las bombas y el terror desde hace once días. El cardenal Michael Czerny, prefecto interino del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, también partirá con el cardenal.
Una verdadera misión que, como dijo el Papa en el Ángelus, quiere mostrar que "la Santa Sede está dispuesta a todo, a ponerse al servicio de esta paz". Sobre todo, la "presencia de los dos cardenales allí es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: '¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! Mira esta crueldad'". Una gran responsabilidad, por tanto, que para "don Konrad" -que responde a Vatican News en el frenesí de los pasajes y las maletas por hacer- "es puro Evangelio".
Su Eminencia, dentro de unas horas estará en una misión para representar al Papa en la Ucrania herida. ¿Con qué sentimientos parte?
El Santo Padre utiliza la lógica del Evangelio y se hace cercano a quienes están mal, a los que son asesinados, a los desplazados de su país. Me voy pronto y me voy a Polonia, porque desde allí estoy seguro de que podré entrar en Ucrania. Entonces veremos hasta dóndese puede llegar para alcanzar a estas personas y mostrarles la cercanía del Papa, para decirles que les quiere, que reza por ellos, que quiere animarles. También voy a entregar los rosarios del Santo Padre porque con la oración podemos mover montañas y también detener la guerra.
¿A quién va a llevar la ayuda principalmente?
No sé... Hay un Estado de guerra, así que no sé a quién podré llegar. Como estamos viendo, hora tras hora, todo cambia, todo se mueve. Ciertamente, intentaré reunirme con el mayor número de personas posible para llevar la bendición del Santo Padre. Y también quiero estar cerca de los voluntarios, de los que ayudan a los refugiados en la frontera. Ya han entrado 800.000 en Polonia.
¿De Polonia viajará a Kiev?
Cuando esté en la frontera, veremos qué posibilidades hay. Sabemos que el alcalde de Kiev ha preguntado a todos los religiosos si pueden venir y estar con ellos para rezar y defender la ciudad con la oración.
Una pregunta personal, ¿tiene miedo?
No. Como he dicho, pienso en el Evangelio. Quiero utilizar, como el Papa, la lógica del Evangelio.
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