Ucrania. Czerny en misión entre los refugiados en Hungría lleva el abrazo del Papa
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Un viaje de "oración", "profecía" y "denuncia". El cardenal Michael Czerny, prefecto ad interim del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, resume en estas tres palabras la misión que emprenderá en Hungría, a partir de mañana 8 de marzo, para dar consuelo y apoyo, en nombre del Papa y de "todo el pueblo cristiano", a los refugiados que huyen del horror en Ucrania. Ayer, en el Ángelus, el Pontífice anunció el viaje del cardenal jesuita y del cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, a estas zonas heridas como signo del deseo de la Santa Sede de "hacer todo" para lograr la paz.
Krajewski se encuentra ahora en la frontera de Dorohusk, cerca de Lublin, punto de llegada de más de un millón de refugiados que han entrado en Polonia. Distribuyó los rosarios blancos del Papa entre los voluntarios y los refugiados. Inmediatamente después, el cardenal se dirigirá a la estación de ferrocarril de Przemysl, donde llegan los trenes procedentes de Kiev y Lviv. En camino, el viaje de Czerny que comenzará mañana por la mañana en dirección a Budapest y continuará con una serie de encuentros con grupos de refugiados y las realidades que los asisten. Con esta misión, el cardenal continuará señalando la triste similitud entre el sufrimiento de los ucranianos y los prolongados conflictos que no atraen la atención del mundo, al tiempo que planteará su preocupación por el creciente tráfico de personas y el contrabando de migrantes en las fronteras y en los países vecinos. El propio cardenal Czerny, en vísperas de su partida, explicó detalladamente el viaje a los medios de comunicación del Vaticano.
Eminencia, el Papa dijo ayer en el Ángelus que el viaje de los dos cardenales "es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere decir: '¡La guerra es una locura! Mira esta crueldad'". Una misión exigente, pero también una gran responsabilidad....
Este viaje es una forma muy concreta de acercar la palabra, la oración, la profecía, la denuncia del Santo Padre y de toda la comunidad cristiana allí donde la gente sufre. Es un acto de presencia y comunión. Voy a ver, a escuchar, incluso a aprender y a comunicarles nuestra solidaridad.
¿Con qué estado de ánimo viaja?
Sentimientos de afecto por las personas por conocer y, también, de esperanza de poder llevar la cercanía del Papa a todos.
Ayer, el Papa también condenó la "crueldad" de esta guerra. Y en las redes sociales circula desde hace horas la foto de una madre asesinada a tiros con sus dos hijos, en las afueras del pueblo de Irpin. ¿Cómo se juzga una imagen así?
Es el símbolo de una prueba. De vidas inocentes sacrificadas para fines totalmente antihumanos. Estamos en tiempo de Cuaresma, por lo que debemos, sí, denunciar, pero también detenernos a hacer un examen de conciencia, para preguntarnos cómo contribuye cada uno de nosotros a la violencia y a la hostilidad que tan claramente representa esta trágica imagen.
Su viaje se centrará en el drama de los inmigrantes y refugiados en Ucrania. ¿Cómo se expresará en nombre del Pontífice la ayuda que usted lleva a estas personas?
Sobre todo, con lo que yo llamo el sacramento de la presencia, que significa poder llevar la palabra del Evangelio y un apoyo concreto. Somos una pequeña delegación que intentará expresar todo esto: transmitir la voluntad de acoger, estar cerca de los que sufren, dar esperanza a los que se han visto obligados a huir.
¿Habrá también ayuda material?
Sí, espero poder aportar también ayuda material.
En cuanto a la cuestión de los refugiados, existe un problema dentro del problema, a saber, el desplazamiento y la marginación que sufren los residentes africanos y asiáticos en el país. ¿Qué se hará por estas personas?
Este es un tema terriblemente doloroso y sensible. Es difícil, en un momento de tanta tensión, abordar esta cuestión que tiene sus raíces en los prejuicios, el rechazo y la incomprensión. Sin embargo, intentamos hacerlo, vinculando la experiencia de los europeos con la de los asiáticos y africanos. Y no sólo esto...
Qué más?
Existe el problema del tráfico y la trata de personas, un drama que se alimenta y se beneficia de estos momentos de crisis y confusión. No sólo la guerra, los desplazamientos, sino también las personas vulnerables esclavizadas... Habrá una gran atención y una gran preocupación en nuestra misión por este tema.
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