El cardenal Krajewski viajará a Kiev para donar una segunda ambulancia
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
"Ser servidores y serlo en el amor". Las palabras de Francisco, en el momento del lavatorio de pies del Jueves Santo de 2014, cuando se arrodilló ante doce personas discapacitadas del centro Don Gnocchi, vienen inmediatamente a la mente al pensar en la nueva misión del cardenal Konrad Krajewski, apoyada y querida por el propio Papa.
En su vuelo de regreso de Malta, Francisco había hablado de una segunda ambulancia que el Limosnero apostólico entregaría a Ucrania. La ambulancia, también bendecida por el Papa, será conducida por el propio Krajewski y estará dotada de equipos médicos de última generación, como desfibriladores para los más pequeños, que ha donado el hospital Bambino Gesù. El destino es Kiev, una ciudad asolada por la guerra, pero nunca abandonada por la Iglesia ni por el Papa que, a través del nuncio Monseñor Visvaldas Kulbokas, sigue estando al lado de los que sufren, de los que lloran a sus seres queridos, de los que viven el dilema de quedarse o irse para siempre.
A los pies de los que sufren
La ambulancia es para curar, el Jueves Santo para acariciar los pies, lavarlos y envolverlos en un paño limpio, es la proximidad, el servicio y por tanto el amor especialmente para un pueblo llamado a la prueba.
"Cuando una persona herida, enferma o en dificultades sea llevada a la ambulancia -afirma el cardenal Krajewski- sentirá el abrazo y el consuelo del Papa, que quiere lavar y besar los pies de esos hermanos y hermanas que sufren la injusta violencia de la guerra".
Renovados en el Espíritu
El Limosnero pasará toda la Semana Santa en Ucrania, se reunirá con la población y celebrará el Triduo junto con las comunidades cristianas. Un gesto que es una invitación a toda la Iglesia a entrar en la Semana Santa con las actitudes de humildad y caridad de Cristo, para llegar a la Pascua de Resurrección plenamente renovados en el Espíritu, aunque el ruido de la guerra siga asustando a todos.
En este contexto, resuenan las palabras del Papa Francisco pronunciadas en la Vigilia Pascual de 2021, cuando el mundo estaba abrumado por la pandemia y que hoy resultan proféticas y reconfortantes:
"Hermana, hermano, si en esta noche llevas en tu corazón una hora oscura, un día que aún no ha amanecido, una luz sepultada, un sueño destrozado, ve, abre tu corazón maravillado al anuncio de la Pascua: "¡No tengan miedo, ha resucitado! Te espera en Galilea". Tus expectativas no quedarán sin cumplir, tus lágrimas serán enjugadas, tus miedos serán superados por la esperanza. Porque, ya sabes, el Señor siempre va delante de ti, siempre camina delante de ti. Y, con Él, la vida siempre vuelve a empezar".
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