Roma: Concluyó el III Encuentro de Misioneros de la Misericordia
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Bajo el lema “Misionero de la Misericordia: signo de acogida”, más de 400 sacerdotes de distintas partes del mundo se congregaron, del 23 al 25 de abril, en Roma para participar en el III Encuentro Mundial de los Misioneros de la Misericordia. Programado originalmente para la primavera de 2020, se postergó debido a la pandemia de Coronavirus.
El Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, que gestiona y anima las actividades de los Misioneros de la Misericordia, concretó esta iniciativa apenas fue posible y en pocos meses -explica la nota del Pontificio Consejo- hubo una respuesta positiva a la invitación.
Un importante servicio para la Iglesia
Como subraya el Dicasterio, los Misioneros de la Misericordia desempeñan, sobre todo, una función esencial como ministros del sacramento de la Reconciliación, también en lugares donde la presencia de católicos es más limitada, recorren kilómetros para llegar a las diversas comunidades.
Las nacionalidades de los participantes son variadas: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Líbano, Filipinas, India, Vietnam, Nigeria, Mali, Malawi, Kenya, Costa de Marfil, Ghana, Guinea, Camerún. En particular, también participaron algunos sacerdotes ucranianos, para los que se consiguió una visa especial que les permitió salir del país. Estos presbíteros proceden de las regiones del oeste de Ucrania: del oblast de Chmel'nyc'kyj, del oblast de Chernivci, de la región de Ternopil y de Hnizdychiv en el oblast de Lviv. Otros proceden de Estados Unidos y Europa.
“Necesitamos ser signos de la misericordia de Dios para nuestros hermanos presbíteros”
En ocasión de su viaje a Roma, Radio Vaticana – Vatican News conversó con el padre Omar Osiris, de la Arquidiócesis Primada de México, quien explicó en qué consiste la labor del Misionero de la Misericordia: es un sacerdote que ha recibido la facultad del Santo Padre para perdonar los pecados que están reservados a él.
Osiris ha desempeñado su misión en diversos santuarios de México, donde ha administrado la Reconciliación, y actualmente en su parroquia dedica tres horas a la semana a confesar. También ha sido testigo de historias muy fuertes, como la de una persona que llevaba más de 40 años sin confesarse, por distintas razones, hasta que pudo hacerlo y a los pocos días, “el Señor la llamó a su presencia”, narró el sacerdote.
Durante este congreso, pudieron compartir experiencias personales, sobre todo a partir de la pandemia, “que fue un reto para todos, pero nos llevó a ser originales, a no dejarnos vencer por la apatía, el miedo, sino a buscar caminos nuevos para el encuentro con las personas”.
“Es el mismo Dios que, en su amor, nos rescata de la miseria”
El padre José Luis Quijano, de la Diócesis de San Isidro, en Argentina, manifestó su alegría de la misión encomendada por Francisco, “de poder ser aquellos que animamos y entusiasmamos a vivir más fecundamente la misericordia”.
Quijano añadió que hay confesiones que recordará toda la vida, por lo profundo de la conversión, por la iniciativa de personas que se aproximaron a él y le decían: “Padre, quiero el perdón de Dios” y ellos simplemente responden “Todo está perdonado, siempre”.
Un cronograma intenso
Los Misioneros de la Misericordia compartieron espacios de trabajo por grupos lingüísticos, su experiencia durante la pandemia, con los desafíos y oportunidades, las “mejores prácticas” que identificaron durante su ministerio, entre otros asuntos. También tuvieron un encuentro con el Señor Misericordioso, que incluyó una liturgia penitencial y la adoración eucarística.
El Domingo de la Divina Misericordia, 24 de abril, concelebraron la santa misa a las 10 de la mañana en la Basílica Vaticana, que estuvo presidida por Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, y contó con la homilía pronunciada por el Papa Francisco.
El lunes 25 de abril, último día del encuentro, escucharon la reflexión, entre otros, del Cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, y el momento final fue la audiencia con Francisco. En este encuentro privado, los invitó a ser “el rostro de la Misericordia Divina”.
“Dios siempre perdona”
El Santo Padre, quien ha hecho de la misericordia una de las piedras angulares de su pontificado al punto de dedicarle un Jubileo en 2016, ha repetido en diversas ocasiones que “Dios lo perdona todo y Dios siempre perdona”. Durante su homilía en la misa que presidió el Jueves Santo en el complejo penitenciario de Civitavecchia, apuntó que “somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”. “Pide perdón a Jesús”, insistía el Romano Pontífice: “Hay un Señor que juzga, pero es un juicio extraño: el Señor juzga y perdona”.
“Jesús es el Señor ‘de las otras oportunidades’”
Y el domingo pasado, 24 de abril, antes del rezo del Regina Coeli, Francisco no se cansaba de repetirnos que Jesús, el Resucitado, “solo espera que lo busquemos, que lo invoquemos, incluso que protestemos, como Tomás, llevándole nuestras necesidades y nuestra incredulidad”, dijo. “Él vuelve, porque es paciente y misericordioso. Viene a abrir los cenáculos de nuestros miedos y de nuestra incredulidad, porque siempre quiere darnos otra oportunidad”, expresó.
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