Ucrania, Gallagher: conflicto insensato. La paz es un gran reto, pero perseveramos

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

"Esta visita me permitió tocar con mis propias manos las heridas de este país. Esta mañana he visitado las ciudades mártires de Bucha, Vorzel e Irpin". Así lo afirmó Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, en la rueda de prensa celebrada en Kiev con el Ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba. La visita, afirmó, "quiere demostrar la cercanía de la Santa Sede y del Papa Francisco al pueblo ucraniano, sobre todo a la luz de la agresión de Rusia contra Ucrania". Y es una continuación "de la especial atención del Santo Padre por Ucrania, atestiguada por el envío del cardenal Konrad Krajewski, su limosnero, y del cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral".

Perseverar en el objetivo de la paz

El arzobispo Gallagher también aseguró que tanto el Papa como sus colaboradores más cercanos están "entristecidos por las numerosas muertes, la violencia de todo tipo, la destrucción de ciudades, la separación de familias y los numerosos refugiados". Refiriéndose a los intentos de "encontrar formas inmediatas de poner fin al conflicto insensato" en Ucrania, el Secretario para las Relaciones con los Estados subraya que "la fe en Dios y en la humanidad nos lleva, sin embargo, a perseverar en la búsqueda del objetivo de la paz a través de la oración, las palabras y los hechos, sin dejarnos sucumbir ante este enorme desafío".

La Santa Sede reitera su disponibilidad para negociar

"La Santa Sede - afirmó Monseñor Gallagher - reitera, como siempre ha hecho, su disposición a favorecer un verdadero proceso de negociación, considerándolo el camino correcto para una resolución justa y permanente". La Iglesia, señaló, "trata de responder a las necesidades espirituales y materiales de la población, tanto en lo inmediato como a largo plazo". Por último, el arzobispo Gallagher reiteró su gratitud a las autoridades ucranianas y agradeció igualmente de corazón a la Iglesia católica y a otras Iglesias y organizaciones religiosas "su compromiso con la paz y la solidaridad, con la esperanza de que encuentren el apoyo que tan desesperadamente necesitan y de que los esfuerzos conjuntos de todo el mundo pongan pronto fin a la destrucción y la muerte".