El obispo Ximenes Belo, Premio Nobel de la paz, es acusado de abusos
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Son graves acusaciones -abusos sexuales a niños y jóvenes- las que han surgido en las últimas horas contra Monseñor Carlos Filipe Ximenes Belo, obispo de Timor Oriental y Premio Nobel de la Paz. Varias personas han relatado al periódico holandés De Groene, bajo anonimato, la supuesta violencia sexual sufrida por el obispo, ahora de 74 años, cuando aún eran menores de edad.
Belo es una figura muy conocida en su país, donde luchó, durante la ocupación de Indonesia (1975-1999), por la autodeterminación y el pleno respeto de los derechos humanos. Por eso recibió el prestigioso Premio Nobel de la Paz en 1996.
Renuncia en 2002
Según el periódico holandés, las primeras acusaciones contra el obispo salesiano surgieron en 2002, año en el que Juan Pablo II, en sus últimos años de pontificado, aceptó la dimisión del prelado como administrador apostólico de Dili, en Timor Oriental, "de acuerdo con el canon 401 párrafo 2 del Código de Derecho Canónico", párrafo que indica, eso sí, que la dimisión se debía a enfermedad o problemas graves.
En Portugal, luego en Mozambique
En enero de 2003, Belo abandonó Timor Oriental para dirigirse a Portugal. En junio de 2004, cambió su trabajo por el de "asistente de los sacerdotes" en Maputo (Mozambique), donde también se dedicó al catecismo. Actualmente vuelve a residir en Portugal. Según declaraciones de Monseñor Norberto Do Amaral, presidente de la Conferencia Episcopal de Timor, recogidas también por De Groene, el prelado tiene restricciones de movimientos para las que "tiene que pedir permiso al Vaticano".
Las declaraciones del director de la Oficina de Prensa del Vaticano
Sobre este último punto en particular, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, intervino para hacer algunas aclaraciones: "La Congregación para la Doctrina de la Fe se interesó por el caso por primera vez en 2019. A la luz de las denuncias recibidas sobre el comportamiento del obispo, la Congregación le impuso ciertas restricciones disciplinarias en septiembre de 2020. Estas incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, una prohibición de contacto voluntario con menores, entrevistas y contacto con Timor Oriental". En noviembre de 2021", añadió Bruni, "estas medidas se modificaron y reforzaron. En ambas ocasiones, las medidas fueron aceptadas formalmente por el obispo".
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí