Vuelve la Jornada de las Catacumbas, la quinta edición el 15 de octubre
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
La quinta edición del Día de las Catacumbas, que tendrá lugar el 15 de octubre, está dedicada al Papa Calixto. En el año en que se cumple el 18º centenario de la muerte del decimosexto obispo de Roma, que como diácono y consejero personal del Papa Ceferino se encargó de la administración del cementerio de la Vía Apia, el cementerio oficial de la Iglesia de Roma en el siglo III, que entonces tomó su nombre, la iniciativa tiene como tema "Calixto y la invención de las catacumbas". La Jornada, que ofrece la posibilidad de visitar gratuitamente, previa reserva, varias catacumbas romanas, entre ellas la del Calepodio, donde fue enterrado el Papa Calixto, las de San Calixto -donde fueron enterrados cerca de medio millón de cristianos, entre ellos decenas de mártires y dieciséis Pontífices-, la de Comodilla, la de los Santos Marcelino y Pedro, la de Domitila, la de Priscila, ofrece también talleres para niños y conciertos. El 16 de octubre, en cambio, la Jornada se desarrollará en algunas catacumbas de Italia. El programa está disponible en la página web: giornatadellecatombe.
La figura de Calixto y los primeros cementerios cristianos
El evento, organizado por la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, pretende proponer una serie de itinerarios a través de testimonios arqueológicos y artísticos para subrayar la centralidad de la figura de Calixto y recorrer las etapas que llevaron al nacimiento y desarrollo de los cementerios subterráneos. La comunidad cristiana, se lee en un comunicado de la Comisión de Arqueología Sacra, pronto sintió la necesidad de disponer de un espacio para acoger a los fieles en un lugar de descanso común y garantizar a todos sus miembros, incluso a los más pobres, una sepultura digna, convirtiéndose en portadora de un mensaje de igualdad y fraternidad. Estos espacios, llamados "cementerios", término derivado del griego que significa "lugar de descanso", reflejan la concepción cristiana de la muerte como tiempo suspendido en espera de la Resurrección.
Los emblemáticos fosos del quinto Día de las Catacumbas
Las catacumbas consisten en redes de túneles subterráneos excavados, a veces reutilizando espacios preexistentes. Estos túneles aseguraban la apertura de varias pilas de nichos funerarios superpuestos, así como formas de deposición más articuladas, como los arcosolios y cubículos, a menudo decorados con representaciones de episodios y personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, escenas bucólicas y paradisíacas, y momentos de la vida cotidiana. Los encargados de la excavación y gestión de los cementerios subterráneos eran los “fossori”, excavadores. Y son precisamente ellos quienes han sido elegidos como emblema de la quinta Jornada de las Catacumbas: con una especie de pico, la dolabra, dieron forma a los bancos de toba; con linternas, en cambio, arrojaron luz sobre las historias y los símbolos que dejaron los primeros cristianos para expresar su fe en Cristo y la esperanza en la vida eterna.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí