El agradecimiento del Papa al cardenal Leonardo Sandri
Vatican News
"Agradezco al Señor su presencia constante en mi camino, a través de su perdón y misericordia, que día a día han mantenido viva la llamada de los comienzos", esto es lo que dijo el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales y vicedecano del Colegio Cardenalicio, en la solemne celebración Eucarística de acción de gracias que presidió ayer en la basílica romana de los Santos Apóstoles con motivo del 25º aniversario de su ordenación episcopal, el pasado 11 de octubre, del 55º aniversario de su ordenación sacerdotal, que se cumple hoy 2 de diciembre, y de su despedida en el servicio como Prefecto.
La gratitud del Papa
Durante la celebración se leyeron dos breves mensajes del Papa Francisco en los que expresaba su "gratitud personal" por lo que el cardenal había hecho "con dedicación por el bien de la Iglesia", diciendo que estaba seguro de poder seguir contando con su "sabia experiencia y cordial cercanía". El Papa agradeció a Sandri "su compromiso diario" y "la perseverancia en el ejercicio de su ministerio, no sólo por el bien de la Sede Apostólica y por favorecer las relaciones entre la Santa Sede y las distintas naciones, sino también por el desarrollo y la prosperidad de las Iglesias católicas orientales".
"Él permanece fiel"
En su homilía, el cardenal dijo estar "cada vez más convencido, después de veinticinco años como obispo, del lema elegido" para su ordenación episcopal: "Ille fidelis, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo". A continuación, recordó algunos de sus destinos en su servicio a la Santa Sede, primero como nuncio en Venezuela, luego en México, después en la Secretaría de Estado como Sustituto de San Juan Pablo II y del Papa Benedicto, quien luego lo nombró hace quince años como Prefecto del actual Dicasterio para las Iglesias Orientales, siendo posteriormente confirmado por el Papa Francisco.
"He tratado de presentarme y acoger con la misma sonrisa -dijo el cardenal- a los Jefes de Estado que a los pequeños que cuidan las monjas de la Madre Teresa en Armenia, Etiopía o las del Instituto Effetà o el Hogar do Ninos Jesus en Belén. Tal vez sea más fácil acogerlos y bendecirlos que encontrar huecos en las mentes y planes de los grandes de la Tierra. He tenido el honor de servir como Obispo a tres Pontífices, captando en los diferentes matices de sus rasgos humanos y de su Magisterio la fidelidad de Dios a su Iglesia, que camina en la historia junto a los hombres y mujeres de su tiempo, ofreciéndoles toda la esperanza que proviene de la Pascua de Cristo, más que de nuestros proyectos humanos".
Al servicio de los hijos del Oriente cristiano
Por ello, subrayó que consideraba "una gracia especial" haber sido llamado a servir durante el mayor número de sus años como obispo "a los hijos e hijas del Oriente cristiano, porque su existencia, a pesar de las contradicciones que también habitan en esas comunidades, nos recuerda los orígenes, las chispas del fuego pentecostal", nos impide taparnos los oídos ante la oración de Jesús que anima el ecumenismo 'Ut unum sint' y nos obliga, si no queremos reducir el mundo a un montón de escombros, a seguir caminos de encuentro con quienes viven otras experiencias religiosas pero con los que podemos hacer algunos signos de respeto a la dignidad humana y a la justicia entre los pueblos".
Por último, recordando que ayer se celebró la primera memoria litúrgica de San Carlos de Foucauld, concluyó: "Repito su oración Padre mío, me abandono a ti, haz conmigo lo que quieras... con estas palabras y con esa confianza y seguridad que aprendí de mis padres emigrados del Trentino a Argentina -con la fórmula más común Sagrado Corazón de Jesús, confío en ti- entro en el tramo de mi camino cuyo tiempo determinará el Señor: renuevo mi adhesión total a Cristo y mi fidelidad al Santo Padre".
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