La paz se reconstruye respetando a los pueblos y su dignidad
Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano
"Hoy, el llamamiento a la paz es especialmente urgente". Tal como lo recordó el Papa Francisco en su reciente viaje al Reino de Baréin:
Lo que se necesita es una "firme voluntad de respetar a los otros hombres y a los otros pueblos y su dignidad, y la práctica asidua de la fraternidad humana". Estos son algunos pasajes del discurso del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, en el V Foro de las ONGs de inspiración católica. El purpurado destacó, entre otros conceptos:
Que la guerra no desvíe la atención hacia los más pobres
La solidaridad no es sólo un valor deseable: "Es también la finalidad y una parte esencial del mantenimiento de la casa común. La guerra en Ucrania – observó el cardenal Parolin – no debe distraer nuestra atención del cuidado de los más pobres, de la protección de los que no tienen voz (niños en el vientre materno, ancianos, migrantes, etc.), de la defensa de los derechos humanos fundamentales".
Un ejemplo de ello lo encontramos en Europa, donde "se habla mucho del servicio al bien común, de la promoción de los derechos humanos, pero luego nos encontramos divididos sobre el valor de la acogida y sobre cómo abordar el reto de la inmigración desde esta perspectiva". Se trata de una cuestión que "necesita un enfoque estratégico y organizado a nivel mundial, para permitir, por un lado, una acogida humana de los migrantes y, por otro, un esfuerzo de solidaridad lo más compartido posible".
Debemos estar siempre a favor del Evangelio
El cardenal Parolin subrayó que la Santa Sede "quiere estar al lado de los más débiles y necesitados, consciente de que su fuerza y prestigio ante los poderosos del mundo es promover y cuidar el desarrollo integral de la persona".
En este sentido, en los ámbitos multilaterales, la Santa Sede "continúa la misión que Jesús confió a su Iglesia, la de defender a los débiles e indefensos, la de ser portadora de las Bienaventuranzas, traducida en la concreción cotidiana, como, por ejemplo, la de facilitar las relaciones intergeneracionales en la sociedad y en dentro del núcleo familiar".
El secretario de Estado del Vaticano, refiriéndose a las ONGs de inspiración católica, recordó un riesgo: el de seguir "la corriente más favorable, la política mundana de los más fuertes, o las diversas ideologías que se difunden rápidamente. Debemos estar siempre a favor del Evangelio".
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