Simposio internacional sobre la lepra: objetivo "cero contagios”
Marco Guerra – Ciudad del Vaticano
Sensibilizar, recaudar fondos, reforzar la red de operadores mundiales que tratan a los enfermos de lepra y coordinar nuevas intervenciones para erradicar la enfermedad de Hansen. Estos son los objetivos del Simposio titulado“Leave No One Behind” ("No dejar a nadie atrás") que se celebra desde ayer, y concluye este 24 de enero en la Ciudad del Vaticano, en la sede del Instituto Patrístico Augustinianum.
Este evento de dos días ha sido organizado por la Fundación francesa Raoul Follereau, la Asociación italiana Amigos de Raoul Follereau y la organización japonesa Iniciativa Sasakawa contra la Lepra, en colaboración con el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral. También participan delegados de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial de la Salud.
Objetivo "cero lepra”
El Simposio reúne a expertos en salud y de derechos humanos, ONG, organizaciones religiosas y personas afectadas por la enfermedad de Hansen y por otras afecciones tropicales, para debatir qué acciones son necesarias para alcanzar el objetivo de "lepra cero" y hacer realidad una sociedad en la que nadie se quede atrás.
El acto se inauguró con el mensaje del Papa Francisco a los participantes, quien los animó a no descartar a los enfermos de lepra y a construir una sociedad inclusiva. El Santo Padre recordó también la figura evangélica del buen samaritano que "se inclina para curar a los más débiles y devolverles los derechos y la dignidad que les han sido negados".
Enfoque holístico
De hecho, los ponentes de la conferencia hicieron hincapié en la necesidad de un enfoque holístico de la enfermedad que se centre en la dignidad de la persona enferma y no sólo en las terapias médico-científicas para curar la enfermedad. Además, la lepra es una patología especialmente vinculada a la pobreza y a las malas condiciones sociosanitarias, como demuestra el hecho de que se erradicara en Europa hace al menos dos siglos, incluso antes de la llegada de los antibióticos, gracias a la mejora de las condiciones de vida. Para erradicar la enfermedad de Hansen de una vez por todas, es por tanto esencial influir en ciertos aspectos socioeconómicos.
El impacto del COVID
Otro aspecto crucial tratado en el Simposio es la lucha contra la discriminación de las personas afectadas por la lepra y sus familiares. La lepra, incluso una vez curada, deja marcas indelebles que amenazan a quienes la padecieron de excluirlos del trabajo y de la vida social.
En efecto, a lo largo de los siglos la enfermedad ha sido sinónimo de exclusión y aislamiento, como demuestran los numerosos hospitales para leprosos construidos en todo el mundo. La conferencia examina, entre otras cosas, el fuerte impacto que la pandemia de COVID 19 ha tenido en la vida de las personas con la enfermedad de Hansen y otros individuos socialmente vulnerables, en particular aquellos con discapacidades debidas a la enfermedad.
Las cifras de la enfermedad
Según los organizadores del evento, la enfermedad retrocede a pesar de todo y existen tratamientos eficaces que permiten a nueve de cada diez enfermos recuperarse sin discapacidad permanente. Sin embargo, hoy se registran doscientas mil nuevas infecciones cada año, repartidas en ciento seis países de los cinco continentes siendo la India y Brasil los países más afectados. Cada año, unos ocho mil enfermos sufrirán graves secuelas de por vida, además de los, aproximadamente, tres millones de personas discapacitadas por la lepra.
Lissoni: Coordinar las intervenciones
Así lo explica a Vatican News Antonio Lissoni, presidente de la Asociación italiana de Amigos de Raoul Follereau.
Lissoni subraya que "es necesario un gran esfuerzo a nivel cultural –porque – hay que sensibilizar a las comunidades locales para que entiendan que se trata de una enfermedad y no de una maldición". Luego está el gran problema de la pobreza extrema. "Si no se reducen las desigualdades – prosigue el presidente de Aifo – es difícil alcanzar el objetivo de lepra cero".
Luchar contra la discriminación de los enfermos
El presidente Lissoni también agradece al Papa su mensaje a los participantes en este Simposio y recuerda que la historia de la lepra siempre ha estado marcada "por el abrazo de los cristianos", que han mostrado su proximidad y apoyo a los enfermos, desde San Francisco hasta Raoul Follereau. El abrazo de los cristianos al leproso siempre ha significado que "preservar a los sanos y curar a los enfermos forma parte del mismo camino".
“La actitud de los católicos es muy determinada – concluye – porque en el centro de toda acción está la persona y el Papa Francisco nos lo recuerda cada día”. La lepra adquiere un fuerte valor simbólico – subraya finalmente Lissoni – porque tiene la capacidad de representar todo lo que sucede cuando uno es marginado a causa de una enfermedad en lugar de ser curado".
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