Monseñor Gallagher en la Catedral de Rrëshen, Albania Monseñor Gallagher en la Catedral de Rrëshen, Albania 

Que las comunidades cristianas sean lugares de fe y de valores

De visita en el país balcánico desde el 18 de marzo, el secretario para las Relaciones con los Estados celebró ayer por la mañana una Misa en la catedral de Rrëshen. En su homilía, animó a los fieles a afrontar los desafíos actuales abriéndose al diálogo, "con una actitud humilde" y gestos de bondad, y recordó el ejemplo de los treinta y ocho mártires, víctimas del régimen comunista

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

"Por el bautismo estamos llamados a ser luz en el Señor, a ser fuente de luz": es la invitación de monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, que, de visita desde el 18 y hasta este 20 de marzo en Albania, celebró la misa ayer por la mañana en la catedral de Rrëshen, dedicada a Jesús Salvador.

En su homilía, el prelado subrayó que "a un mundo en el que la violencia, el conflicto, la rivalidad y la mentira parecen tener la sartén por el mango, la presencia de los cristianos opone una fuerza contraria que se convierte en acusación de estas obras de muerte" y destacó que "la bondad es una vida de amor, acogida, disponibilidad y perdón".

 

“La justicia es honestidad, rectitud y apertura a la voluntad del Señor” – dijo – y también destacó que "la verdad es adhesión al Evangelio y a sus criterios, posibilidad de liberarse de la mentira del pecado y de su esclavitud". Todo esto pueden ofrecer los cristianos "a nuestras sociedades, a esta sociedad albanesa" – afirmó monseñor Gallagher – e instó a que las comunidades cristianas "sean verdaderamente lugares donde se manifiesta la luz y donde se educa en la fe y en sus valores".

Responder a los desafíos con humildad y diálogo

A los fieles presentes en la celebración, el secretario para las Relaciones con los Estados explicó que "el objetivo de ser luz nunca se alcanza del todo, porque siempre quedan zonas de sombra e impermeabilidad a la luz", pero que nunca hay que desanimarse. Al contrario – dijo – hay que "alegrarse porque el Señor está con nosotros, sin olvidar responder a los desafíos de nuestro tiempo con una actitud humilde y de diálogo, seguida de gestos de bondad y de mayor comprensión hacia todos".

"Vivir así a veces cuesta, incluso el precio más alto, el de la propia vida" – subrayó monseñor Gallagher – y recordó a los treinta y ocho mártires de Albania, entre ellos a la beata Marie Tuci, la única mujer, joven novicia de los estigmas, de Mirdita. Una vida corta la suya, "pero intensa en fe y coraje" –señaló el arzobispo – para todos y, en particular, "para los jóvenes un estímulo y un signo de esperanza".

En la desesperación interviene Dios

En su reflexión, al comentar las lecturas dominicales, el secretario para las Relaciones con los Estados señaló que la Iglesia celebraba el cuarto domingo de Cuaresma, que en el calendario litúrgico se lo indica como "domingo Laetare", ya que en los cantos de alegría y consolación de la liturgia se suspende el clima cuaresmal, por el gran amor de Dios a la humanidad y para significar que, "incluso cuando la situación parece desesperada, Dios interviene – afirmó monseñor Gallagher – ofreciendo al hombre la salvación y la alegría". Puesto que Dios "no se queda al margen, sino que entra en la historia humana" – aclaró el secretario para las Relaciones con los Estados – y entra en nuestra vida "para vivificarla con su gracia y salvarla".

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20 marzo 2023, 10:41