En campo con la Fratelli tutti, por un fútbol "con" y no "contra"
Giampaolo Mattei - Ciudad del Vaticano
Con un "patrocinador" espiritual y social de excepción como la Fratelli tutti, que destaca en sus camisetas, algunos seminaristas y sacerdotes de los Colegios Pontificios que estudian en Roma - junto a presbíteros que prestan servicio en la Secretaría de Estado y en la Curia Romana - han jugado estos días un partido fraterno con el equipo "Santa Devota", formado por amigos y familiares vinculados al Príncipe Alberto II de Mónaco. Con la participación de la sección deportiva del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
Las reglas de la Fratelli tutti
Fue un partido "con" y no "contra" el jugado en el campo de los Caballeros de Colón, a la sombra de la Cúpula de San Pedro, con las reglas de la Fratelli tutti: de hecho, hubo muchos abrazos y ni una sola infracción. Tanto es así que el árbitro Don Jordan Coraglia, sacerdote de la diócesis de Brescia, que viene de la experiencia del Centro deportivo italiano, no tuvo que sacar del bolsillo ninguna tarjeta de amonestación.
Un deporte inclusivo y solidario
Jugar al fútbol con la camiseta que lleva en el pecho el título de la encíclica del Papa Francisco significa optar por poner en campo, incluso en el deporte, los contenidos del documento papal y su visión deportiva inclusiva y solidaria. Y precisamente con esta "espiritualidad deportiva" se jugó el partido. Con el canto del Regina Caeli antes del saque inicial y con un momento de oración mariana, particularmente en la devoción a Nuestra Señora de Fátima, como 'tercer tiempo'. Por lo que cuenta (poco), ganó el partido 3-0 el equipo de la Fratelli tutti. En realidad fue el deporte, y en particular el fútbol el que ganó, como debería ser siempre.
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