Monseñor Peña Parra presidió la reapertura de la catedral de Fabriano
Vatican News
Celebración y alegría, tras el sufrimiento y el drama. En Fabriano, ciudad de la región italiana de Las Marcas que el 9 de noviembre de 2022 fue sacudida por un terremoto de magnitud 5,7, este sábado 24 de junio se ha reabierto oficialmente la catedral cerrada desde entonces por obras de restauración. El oficio pontificio, fue presidido a las 18 horas, por Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado, quien en su homilía se dirigió a la población del municipio de la región italiana de Las Marcas, diciendo: "Es un día de gran fiesta, no sólo porque está dedicada a su Patrono San Juan Bautista, sino sobre todo porque después de los acontecimientos de aquel dramático noviembre del año pasado, por fin se reabre esta Iglesia Catedral".
Encontrarse en la alegría
Se trata de un lugar que "tantas veces los ha visto reunidos para la oración, para la celebración de la Misa, para esas relaciones humanas y espirituales que son la savia de toda acción pastoral y de la vida misma de la Iglesia, se les devuelve ahora", dijo el arzobispo. Muchas veces, incluso en los últimos años -añadió-, la comunidad de Fabriano se ha visto golpeada por episodios que han marcado su trayectoria, con terremotos que han sacudido no sólo la tierra, sino también sus corazones, sus almas, su serenidad". "Hoy, sin embargo, el Señor, que nunca olvida las oraciones y las lágrimas de sus hijos, les da la oportunidad de volver a encontrarse en la alegría y la gratitud", aseguró el Sustituto.
Templo del Dios vivo
A continuación, recordó las palabras de Pablo VI, en la proclamación del Jubileo Extraordinario de 1966, al final del Concilio Vaticano II: "La Iglesia catedral... -dijo el Papa Montini- representa el templo espiritual que se construye dentro de cada alma, en el esplendor de la gracia, según las palabras del apóstol: 'Ustedes son el templo del Dios vivo'". "Cada uno de nosotros -reiteró Peña Parra- se constituye en 'piedra viva' y participa en la construcción del 'edificio espiritual'... Ser templo del Dios vivo significa vivir entre nosotros una profunda experiencia de comunión y concordia que se acoge en el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos en brazos, de sostenernos, de participar en esta ola -a veces- un poco caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad."
Una comunión más intensa
"Mirando y contemplando esta hermosa Catedral", el arzobispo rogó luego a Dios que haga de la comunidad de Fabriano cada vez más "un solo corazón y una sola alma", "con el don de una comunión más intensa". Ciertamente no es fácil, pero "lo importante es intentarlo y atreverse, escuchando el latido profundo de los signos de los tiempos, sin ceder a vacilaciones estériles ni a rígidos perfeccionismos, conscientes de la acción misericordiosa del Señor sobre nuestras fragilidades humanas".
Conversión sincera
Al final de su homilía, Monseñor Peña Parra citó "una bonita inscripción" que se encuentra en las puertas de algunas iglesias: "Aquí se entra para rezar a Dios, de aquí se sale para amar al prójimo". "Que éste sea el compromiso de vida que la reapertura de esta Catedral nos entregue a cada uno de los aquí presentes", fue su deseo. "Que la imagen de la obra de restauración que ha mantenido cerrado siempre y de nuevo este edificio sagrado, esa obra interior de nuestra vida, nos llame a una conversión sincera y permanente".
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