Nuncio en Ucrania: Recemos por una paz que parece imposible
Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
No he podido hablar con los sacerdotes católicos que han sido evacuados de las zonas ocupadas por los rusos y que ahora son prisioneros. No he logrado dar agua y comida a los ciudadanos sitiados de Mariúpol, reducidos a saciar su sed con el agua de los radiadores. No he podido salvar a los niños, desaparecidos al otro lado de la frontera, aunque protegidos por la ayuda humanitaria. Tras dieciséis meses de guerra, "esta fase de la guerra", monseñor Visvaldas Kubolkas, nuncio apostólico en Ucrania, admite su cansancio mental y las dificultades para encontrar nuevas ideas que ayuden al país a salir del conflicto. Por eso, interviniendo en conexión desde Kyiv en la segunda jornada de "la construcción de la paz en Europa de Sarajevo a Kyiv", conferencia organizada por el Movimiento Europeo de Acción No Violenta, en la Pontificia Universidad Antonianum de Roma, el nuncio pide a la gente que rece para lograr lo imposible con la intercesión de Dios, allí donde los medios humanos por sí solos parecen insuficientes.
Zuppi: necesitamos urgentemente la paz
Entre el realismo y la esperanza, el nuncio alabó las iniciativas del Mean, que reúne a 35 organizaciones italianas y que en los últimos meses se ha desplazado varias veces a Ucrania para escuchar a la población y a las instituciones, ha construido una "aldea de la paz" para apoyar a la población y organizó una marcha en la capital ucraniana el pasado mes de julio. Su objetivo, reiteró monseñor Kubolkas, es unir a la gente corriente, a los civiles, a los sacerdotes militares. Entre ellos, a veces es más fácil el diálogo que entre las instituciones. "Vuestro ejemplo es importante", subrayó por enlace telefónico el cardenal Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y encargado por el Papa Francisco de la misión de impulsar caminos de paz en Ucrania. "Estamos en un momento en el que la paz no tiene nada de retórica. Necesitamos urgentemente caminos de paz", recalcó, reiterando la "ansiedad por la paz" y de justicia del Pontífice.
Zamagni: en Ucrania la primera verdadera guerra global
La misión del cardenal Zuppi, explicó ayer el economista Stefano Zamagni, presidente emérito de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, fue fuertemente deseada por el Papa Francisco, "el único actor internacional que ha comprendido la verdadera dinámica del conflicto". La guerra en Ucrania es la "primera guerra global de la historia de la humanidad" porque, a diferencia de las guerras mundiales, los efectos del conflicto afectan también a los países no beligerantes -piénsese en la falta de grano ucraniano para los países africanos- y las causas del conflicto, sin perjuicio de la responsabilidad rusa en la invasión, hay que buscarlas en la ruptura del equilibrio mundial debido al cuestionamiento del unilateralismo liderado por Estados Unidos por parte de otras potencias mundiales. Lo que hay que evitar, según Zamagni, son esas "trampas diplomáticas" que corren el riesgo de alejar el alto el fuego subordinándolo a propuestas inadmisibles para las partes.
Una reforma global del sistema internacional
En términos más generales, para una justicia equitativa sería necesaria una reforma de todo el sistema internacional, subraya el economista, con una condena explícita del neocolonialismo y de la apropiación de tierras por países extranjeros, la abolición de los paraísos fiscales, la asunción de un modelo de integración de los emigrantes intercultural y no asimilacionista, y un plan eficaz de transición ecológica. Las propias Naciones Unidas deberían reorganizarse, con una segunda Asamblea que represente a la sociedad civil de todo el mundo.
Los cuerpos civiles de paz
Es precisamente a la sociedad civil a la que se dirige el Mean, que está organizando una nueva marcha no violenta en Kyiv y una "cadena" humana en la línea de lo que hicieron los ucranianos en la década de 1990, tras la disolución de la Unión Soviética, para demostrar su deseo de independencia. En concreto, la organización promueve activamente los "Cuerpos Civiles de Paz". Nacidos de una idea del pacifista Alexander Langer, son una especie de ayuda a las poblaciones e instituciones de un determinado territorio, que pueden intervenir con autonomía y legitimidad política en situaciones que están degenerando antes de que estalle el conflicto o, al final de éste, para evitar que vuelva a producirse.
Prodi: Europa también debe aspirar a la paz fuera de sus fronteras
La idea, explicó la portavoz de Mean, Marianella Sclavi, es que a través de las instituciones europeas el cuerpo civil de paz -establecido de forma embrionaria en Italia- se convierta en una realidad de la UE que pueda operar en Ucrania. "Europa tiene sus raíces en la construcción de la paz entre países que siempre han estado en guerra entre sí y debe demostrar que esta aspiración suya es válida no sólo dentro de sus propias fronteras, sino dondequiera que la comunidad internacional lo requiera", escribió el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi en un mensaje dirigido a la organización con motivo de estos dos días, respaldando la propuesta de los Cuerpos Civiles de Paz. "Espero, por tanto, que la UE, que está construyendo laboriosamente una política exterior común", escribió, "sitúe este objetivo entre los compromisos primordiales de su proyecto de auténtica unificación".
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