Gallagher: Reconstruir la paz es cuestión de pasión y tenacidad
L'Osservatore Romano
En el trágico escenario de 16 meses de guerra, la resiliencia del pueblo ucraniano "demuestra que la voluntad de vivir y de dar esperanza es más fuerte que cualquier instinto destructivo que siembra muerte y desesperación, porque en lo más profundo del corazón humano el bien, aunque asfixiado por el mal, nunca puede ser totalmente destruido y permanece listo para renacer". El arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, expuso así su discurso en la segunda Conferencia sobre la Recuperación de Ucrania, organizada por el Reino Unido y el gobierno ucraniano.
En este contexto, prosiguió Gallagher, es "heroica" la actitud de quienes, obligados a abandonar sus hogares, han regresado en cuanto han podido, o siguen teniendo el deseo de regresar, para reconstruir su país. Por tanto, es la convicción de que "el bien nunca puede ser totalmente destruido" lo que debe inspirar el trabajo de reconstrucción del país, afirmó el Prelado. De hecho, además de la destrucción material causada por los bombardeos, existen "profundas heridas en el tejido familiar, social y religioso", como también subrayó el cardenal Matteo Zuppi en su misión a Kiev, como enviado especial del Santo Padre.
En este sentido, "es necesario reconstruir las infraestructuras, revitalizar las economías locales, los proyectos educativos y la asistencia sanitaria, todo ello crucial para restablecer la estabilidad, promover la resiliencia y permitir a las personas reconstruir sus vidas".
Pero, dijo enérgicamente el arzobispo Gallagher, "al mismo tiempo, la verdadera reconstrucción nacional requiere también curar las heridas espirituales, facilitar la comprensión mutua y promover el diálogo". Porque, 'si se descuida este aspecto, se corre el riesgo de que, cuando el cielo ucraniano deje de estar oscurecido por los misiles rusos, empiecen a explotar las "minas" sembradas por la guerra en el corazón de la gente'.
Es un llamamiento para que todos se conviertan en "artesanos de la paz" -una expresión muy querida por el Papa Francisco-, incluida "la sociedad civil y las personas de buena voluntad con sus habilidades, recursos y solidaridad". También las Iglesias. "Reconstruir la paz es una empresa a largo plazo, que requiere pasión, paciencia, experiencia y tenacidad", concluyó Gallagher, refiriéndose de nuevo a las palabras del Santo Padre.
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