Tagle: Goma necesita paz. El Papa está con vosotros, sufrió por no venir aquí

Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

Curación, respeto, perdón, reconciliación, verdad. Ante cientos de personas con los pies en el barro, que poco antes le habían recibido con cantos y danzas típicas de su pueblo, el cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, invocó de Dios los dones necesarios para un territorio herido por la violencia y las calamidades naturales como Goma, capital de la atormentada región de Kivu Norte, en la República Democrática del Congo. El cardenal se encuentra en el país africano como enviado especial del Papa para el tercer Congreso Eucarístico Nacional.

En el campo de refugiados

El domingo 11 de junio celebró, en un ambiente festivo, la misa de la solemnidad del Corpus Christi en Lubumbashi, tercera ciudad congoleña. En cambio, el 13 de junio se ha desplazado a Goma, donde -acompañado por el arzobispo de Kinsasa, el cardenal Fridolin Ambongo, y por el nuncio apostólico, monseñor Ettore Balestrero- ha celebrado la Misa y visitado la mina de cobre de Kolwezi (incluso con casco) y el campo de refugiados de Lushala, que, con sus tiendas blancas y sus caminos irregulares, alberga a unas 13.000 personas. Todos son refugiados que huyen de las zonas de conflicto entre el ejército y las milicias rebeldes del M23 y también de la reciente erupción del volcán Nyiragongo. En este lugar de extrema pobreza, el cardenal llegó en coche, saludado por mujeres y niños al borde de la carretera.

La cercanía de Francisco

Conmovido por el escenario que aparecía ante sus ojos y recordando también las visitas que realizó como presidente de Cáritas Internationalis a campos de refugiados de todo el mundo, Tagle trasladó a todos la cercanía del Papa, que tenía prevista una parada en Goma -territorio donde encontró la muerte el embajador italiano Luca Attanasio- como parte del primer programa de su viaje apostólico a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur en julio de 2022, que posteriormente fue cancelado por problemas de salud. También al comienzo de su homilía, el Cardenal dijo: "Quisiera traeros el saludo paterno del Papa Francisco, que os recuerda constantemente en sus oraciones. Sabéis que ha querido venir aquí, a Goma, para mostraros su cercanía. Ha sufrido mucho por no estar aquí. Pero tened la seguridad de que estáis en su mente y en su corazón".

Un regalo del Papa

Una cercanía, la de Francisco, que se tradujo concretamente en una generosa donación que permitió la compra de dos grandes depósitos de agua, un bien precioso para la gente del campo. Tagle bendijo a ambos y reiteró el deseo de paz del Papa en esta tierra azotada por la violencia constante. También hizo votos por la Iglesia en la región: "Los obispos del Congo, Ruanda y Burundi quieren trabajar juntos por la paz en la región", afirmó.

La homilía de la Misa

En su homilía de la Misa, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización se centró en cambio en el Evangelio del día y en la invitación de Jesús a los discípulos a ser "sal de la tierra y luz del mundo". "Creo que nuestras lecturas se dirigen de manera especial a la Iglesia de Goma", dijo.

Sal y luz, dos elementos fuertemente simbólicos. "La sal hace buenos los alimentos... La sal no se sirve a sí misma y no llama la atención sobre sí misma. Más bien sirve a las verduras, la carne, el pescado y otros ingredientes de un plato. La sal es 'para los demás'. Y en el proceso se disuelve", señaló Tagle. Este es un ejemplo de cómo cumplir la misión como cristianos: "Muchas personas encuentran la vida insípida, amarga y difícil de digerir. Algunos ven a los demás como comida rancia o descompuesta que hay que tirar. Cuando se trata a la gente como alimento no deseado, su vida se vuelve insípida, desabrida. Quizá muchas personas aquí en Goma estén experimentando esta triste realidad", afirmó el purpurado.

Los seguidores de Jesús, en cambio, "están llamados a ofrecer a los demás y al mundo el maravilloso sabor de la persona de Jesús y de su Evangelio... A través de nuestra compasión, del amor humilde y del servicio en nombre de Jesús, esperamos que muchas personas experimenten a Jesús y encuentren un nuevo significado o 'sabor' en sus vidas."

Sal y luz para Goma

La invitación del cardenal es que "cada bautizado, cada familia, cada escuela, cada hospital, cada parroquia, cada organización y movimiento eclesial, cada comunidad religiosa y cada sacerdote" sea "sal de la tierra en Goma". Y que sea también "luz" que, como la sal, "no se sirve a sí misma" sino "a las personas de la casa para encontrar objetos, orientarse y evitar accidentes". La luz es también "para los demás" y todos "no miramos la luz en sí, sino que vemos todo lo que nos rodea, gracias a la humilde luz".

"Muchas personas y comunidades caminan en la oscuridad. Algunos han perdido la esperanza de volver a ver la luz. La desesperación trae la oscuridad total", añadió el cardenal Tagle. "Lamentablemente, quienes deberían traer la luz prefieren apagar su lámpara y oscurecer la vida de los demás. Por miedo, interés propio e indiferencia, otros mantienen oculta su luz. De este modo, los que están desorientados y buscan la luz no saben a dónde dirigirse ni en quién confiar".

Acciones sencillas pero coherentes

En Goma, muchas personas viven esta triste realidad. Por eso, el llamamiento es que los cristianos lleven luz, la "luz verdadera" que es Jesús. "Llevad la luz de Jesús con acciones sencillas pero coherentes: una sonrisa sincera, una palabra consoladora, una mano tendida, una acogida calurosa", animó el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización. De este modo, "muchas personas redescubrirán la esperanza de la vida".

La súplica del cardenal

El cardenal concluyó su homilía con un llamamiento a las "personas de buena voluntad" de Goma: "Juntos, somos la sal de la tierra y la luz del mundo. Juntos. Por el bien de nuestros hermanos y hermanas y de nuestra hermosa tierra". De ahí la oración: "Como sal de la tierra, decimos SÍ al respeto de todo ser humano. Como sal de la tierra, decimos SÍ al diálogo auténtico. Como sal de la tierra, decimos SÍ a la curación de las personas heridas y de nuestra tierra. Como luz del mundo, decimos SÍ a la justicia basada en la verdad. Como luz del mundo, decimos SÍ al perdón y a la reconciliación. Como luz del mundo, decimos SÍ a la paz duradera, para nosotros, para nuestros hijos y para sus hijos".