"Verano de los niños" en el Vaticano: de fiesta entre abejas y superhéroes
Por Nicola Gori
El "Verano de los niños en el Vaticano" no es sólo un tiempo de juego y recreo, sino también de formación, socialización y amistad. El espíritu que anima toda la iniciativa es el del oratorio de Don Bosco, donde Cristo directa o indirectamente es un "compañero" con el que compartir un viaje juntos. En esta entrevista con L'Osservatore Romano, Don Franco Fontana, director de la comunidad salesiana en el Vaticano y capellán de los Museos Vaticanos.
¿Cuántas personas participan en esta iniciativa?
Este año contamos con 250 chicos divididos en 3 grupos según la edad -de 5 a 7 años, de 8 a 10 y de 11 a 13-, comprometidos del 3 de julio al 4 de agosto, con la participación de 35 animadores, y 5 educadores salesianos: 3 religiosos y 2 religiosas. El Verano de los niños se desarrolla en el interior de la Ciudad del Vaticano, en espacios dedicados y equipados, donde es posible realizar actividades recreativas y deportivas. En particular, dado el tórrido calor, los chicos se refrescan nadando y jugando en las piscinas instaladas detrás de los Museos Vaticanos. El espíritu de la iniciativa es el del oratorio, es decir, no sólo el juego, sino también la educación. La síntesis de esto se encuentra en la puerta de entrada a las piscinas, donde hay un cartel: "Chicos de verano", pero detrás se lee: "Oratorio de verano".
¿Cuál es el tema de este año?
"Héroes abejas - equipos de héroes". Recuerda al mundo de las abejas y se inspira en un viaje basado en la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. Así queremos construir relaciones auténticamente fraternas en la comunidad. Intentamos que los niños reflexionen sobre cómo podemos cambiar las actitudes y la mentalidad con la que actuamos cada día. A través del juego en equipo, escuchando los consejos de entrenadores famosos, los chicos se enfrentan en el campo para superar un gran reto: descubrirse como hermanos.
¿Cuáles son los horarios de un día normal?
La entrada es a partir de las 7.30 h, con una bienvenida y juegos en grupo. Los chicos pueden llegar a las 9 de la mañana, cuando ofrecemos un desayuno a base de cruasanes recién horneados y zumo de frutas. A continuación, cantamos el himno con el que empezamos el día, rezamos y presentamos el programa. A las 10 h comienzan las actividades deportivas, la natación en la piscina y los talleres. A las 13 h se sirve el almuerzo. A las 14 h, juegos y minitorneos, seguidos de actividades educativas. A partir de las 16 h, juegos de equipo y espectáculos. Todas las tardes a las 17 h se ofrece una merienda, después los niños empiezan a irse a casa y a las 18 h terminan las actividades. El viernes termina a las 14 h con el almuerzo.
¿En qué salas se desarrolla la actividad?
Básicamente, en el Aula Pablo VI, donde se han retirado la mitad de las sillas que se utilizan habitualmente en las audiencias del Papa para hacer sitio. El atrio se ha acondicionado para el desayuno, el almuerzo y la merienda. Otro lugar a nuestra disposición es al aire libre, detrás de los Museos Vaticanos, donde hay piscinas y pistas de tenis. Aquí es donde se pasa la mayor parte de la mañana. Divididos en grupos, los niños se divierten bajo la atenta mirada de los animadores. Naturalmente, los juegos y las actividades acuáticas se adaptan según el grupo de edad. Pero en la zona también se practican otros deportes y juegos de equipo, que fomentan la socialización y el establecimiento de nuevas amistades. Por la tarde, las actividades se reanudan en el Aula Nervi, donde cada día hay una nueva historia. Por ejemplo, tuvimos un espectáculo de magos, mientras que en otra ocasión hubo expertos de la Academia del Helado, que explicaron cómo hacer el postre veraniego favorito de los niños.
Desde el punto de vista educativo, ¿qué ofrecen?
Tenemos talleres en los que pueden crear algo con sus propias manos: un juego o un recuerdo que llevarse a casa. Intentamos que los niños vuelvan a coger papel, pegamento y pinceles para desarrollar su creatividad. Descubrirán así el reciclaje, las técnicas de pintura, el collage, la manipulación con pasta de sal. Cada tarde hay un momento educativo sobre el tema elegido, complementado con numerosos juegos en equipo para aprender nuevos valores divirtiéndose. Y no faltan los bailes de grupo, los espectáculos y los desafíos.
¿Quiénes son los educadores?
Como ya he dicho, son tres Salesianos y dos Hijas de María Auxiliadora. El responsable es el P. Benni, que trabaja en estrecha colaboración con Sergio, el coordinador laico, implicando a todo el personal. La coordinación se me confía a mí, en colaboración con Play It, la agencia de animación "Todo en un festival". Este año, sin embargo, hay una novedad: hasta veinte jóvenes que ya han vivido la experiencia del Verano en el Vaticano. Han participado en ediciones anteriores y ahora, al tener entre 14 y 15 años, ya no pueden inscribirse. Sin embargo, se han puesto a disposición para ser animadores asistentes de forma voluntaria. Los hemos repartido a lo largo de las semanas para que haya 6 u 8 por turno. Al igual que los salesianos, también están en contacto con los animadores, lo que refuerza la colaboración entre laicos y religiosos.
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