Michael Czerny en Sudán del Sur: Frenar el odio y sembrar la paz
Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano
Paz, reconciliación y esperanza son las palabras que el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, subrayó varias veces en su homilía de la misa celebrada en la catedral de Santa Teresa de Juba, en Sudán del Sur, con motivo del primer aniversario de la peregrinación ecuménica por la paz realizada por el Papa junto con el primado de la Iglesia anglicana y arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador general de la Iglesia presbiteriana escocesa, Iain Greenshields.
El cardenal, que confiesa sentirse como en casa en medio del pueblo sudanés, lleva "el afecto, la solidaridad y las oraciones del Santo Padre", que tiene en su corazón el destino del joven país que lucha en el camino de la reconciliación. "Mi visita en su nombre – añadió – es un signo más de la solidaridad de toda la Iglesia en su lucha por la paz. Querido pueblo de Dios, puesto que poco ha cambiado o mejorado desde el año pasado, repito el mensaje del Santo Padre a las autoridades civiles y diplomáticas de Juba".
Un mensaje de gran actualidad
El prefecto del dicasterio vaticano, de visita hasta el 9 de febrero, relanza el enérgico llamamiento del Papa a cambiar de rumbo para construir la paz. "Basta de derramamiento de sangre, de conflictos, de violencia y de recriminaciones mutuas sobre quien es responsable de ellos, basta de dejar a sus pueblos sedientos de paz. Basta de destrucción: ¡Es hora de construir! Dejen atrás el tiempo de guerra y que surja un tiempo de paz".
El cardenal Czerny reiteró lo que Francisco dijo hace un año, pidiendo un giro "para una transformación urgente y necesaria", e invitó a los líderes políticos a "garantizar la prestación de servicios sociales básicos; asegurar la buena gobernanza y la gestión adecuada de los recursos públicos; poner fin a la violencia generalizada en las comunidades; promover la coexistencia pacífica a través de la sanación, el perdón y la reconciliación”.
“Promuevan el desarrollo humano; abran espacios políticos y cívicos y de participación para todos, especialmente para los jóvenes y las mujeres; respeten la dignidad y los derechos humanos de las poblaciones vulnerables, especialmente los refugiados, los desplazados internos, los niños, las personas con discapacidad y los ancianos; y cuiden de nuestro hogar común, el planeta Tierra”.
Que se luche por la paz
Por último, el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral subrayó la invitación del Papa a todos porque "ha llegado el momento de abandonar la idea de dejarse llevar por las aguas contaminadas del odio, del tribalismo, del regionalismo y de las diferencias étnicas", para generar cambios que sean "manantiales frescos y vivificantes". Y recordó que hay muchos actores, incluida la Iglesia, que trabajan por la reconciliación, que rezan y luchan por la paz.
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