La "Macchina delle Quarantore" en los Museos Vaticanos
Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano
Cuarenta horas de desconcierto y de fe. Fueron las horas que transcurrieron entre el último suspiro de Jesús en la Cruz y su Resurrección. Cuarenta eran las horas de adoración continua al Santísimo Sacramento previstas por una antigua devoción de origen medieval que conmemoraba los misterios pascuales.
Para dar vida en la liturgia a lo que ocurría durante ese intenso pero limitado tiempo, en la época barroca se crearon valiosos aparatos efímeros. Entre los autores se encontraba Gianlorenzo Bernini. Un ejemplar que se remonta a esta práctica devocional es el procedente de los almacenes de los Museos Vaticanos y que ahora centra la exposición de la Sala XVII de la Pinacoteca Vaticana.
De los almacenes de los Museos Vaticanos
La Máquina del Altar expuesta está realizada en madera de haya y pino piñonero tallada y dorada. Conocida según la tradición oral como Macchina delle Quarantore y compuesta por trece partes distintas, fue objeto de cuidadosas investigaciones diagnósticas realizadas por el Gabinete de Investigación Científica Aplicada a los Bienes Culturales, y de una compleja intervención de conservación llevada a cabo por el Laboratorio de Restauración de Pinturas y Materiales de Madera de los Museos Vaticanos.
Jueves Santo, entre adoración y oración
El artefacto evoca un arca donde reposa el cuerpo del Señor y se injerta en la tradición popular de los Sepulcros y del Jueves Santo, primer día del Triduo, caracterizado por la adoración y la oración. "La obra – explica Alessandra Rodolfo, jefa del departamento de arte de los siglos XVII y XV de los Museos Vaticanos – se originó muy probablemente como edículo sacro procesional y llegó al Vaticano en un momento indeterminado.
La Sagrada Hostia rodeada de luz
En tiempos más recientes, enriquecido con la figura del Cordero Místico en el centro y un sol en el fondo, se transformó para la exposición del Santísimo Sacramento. Se supone que se utilizaba en la Capilla Paolina, lugar destinado a la adoración eucarística desde el siglo XVI, cuando se registra un aparato para el Quarantore, compuesto por cuatro estatuas de profetas, ángeles, faroles, velas, encajes de oro y plumas de pavo real: la Sagrada Hostia se colocaba en un marco evocador con decenas de luces, expresión de la gloria celestial.
Testigos de una tradición desaparecida
"El uso de la máquina de madera – continúa Alessandra Rodolfo – está documentado entre 1984 y 1991 en la iglesia de Sant'Apollinare de Roma. Posteriormente fue musealizada y expuesta en el Museo Histórico del Palacio de Letrán”.
"Poco ha quedado de los aparatos efímeros que se utilizaban durante las fiestas. Esta Máquina representa algo que ha desaparecido con el tiempo. Durante el Quarantore, la Iglesia se oscurecía y dentro de esta Máquina se exponía el Santísimo Sacramento rodeado de una fuerte luz, símbolo de gracia y salvación". Palabras, imágenes y música envolvían a los fieles en una experiencia de oración en la que participaban todos los sentidos.
La restauración
El proyecto de restauración y puesta en valor, realizado gracias a la Patrons of the Arts in the Vatican Museums - Ohio Chapter, fue confiado a las manos de Stefano Tombesi quien, junto con Massimo Alesi y Marco De Pillis del Laboratorio de Restauración de Pintura y Materiales de Madera dirigido por Francesca Persegati, se encargó de la restauración estructural, la consolidación de la fibra de madera debilitada por los ataques de insectos xilófagos, la limpieza de las capas de cera que se habían acumulado durante los diversos servicios litúrgicos, el relleno de los huecos y agujeros causados por la carcoma y la restauración del dorado.
Atrás en el tiempo
"La técnica de dorado utilizada es muy antigua y era complicado quitar las capas de cera", dijo Tombesi, describiendo la que acaba de realizarse como "la restauración más bonita que he hecho". “La Macchina delle Quarantore – añadió – una vez montada, te deja sin aliento. Con las velas encendidas, es como si el tiempo hubiera retrocedido siglos".
Se trabaja en una ubicación definitiva
"La que se expone es una máquina vinculada al período de Cuaresma y por eso hemos querido exponerla en este momento", precisó la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta: "Es una máquina dorada, hecha para brillar, concebida para ser emanadora de la luz de la resurrección final. Estamos pensando en una ubicación definitiva. No nos gustaría volver a guardarla, sino musealizarla de forma permanente".
Entre bastidores de los Museos Vaticanos
"Queremos contar – prosigue Jatta – lo que ocurre entre bastidores del museo: desde el mantenimiento hasta la restauración, desde la investigación hasta la difusión".
Agradeciendo a los numerosos profesionales que han contribuido a la restitución de esta obra maestra del arte sacro barroco, el director de los Museos Vaticanos mencionó las investigaciones diagnósticas llevadas a cabo por el Gabinete de Investigaciones Científicas, gracias a las cuales ha sido posible reconstruir en 3D un modelo virtual de la Macchina delle Quarantore con toda la información obtenida durante el proceso de estudio y restauración.
Los museos del Papa para la Cuaresma y la Pascua
La exposición Un’infinità di lumi. Tallas doradas de una Máquina de altar es la primera de las tres iniciativas expositivas organizadas por la Dirección de Museos y Bienes Culturales para proponer una reflexión sobre los temas y ritos que acompañan a las solemnidades pascuales. Le seguirán, a partir del 23 de marzo, exposiciones en el Polo Museale de Castel Gandolfo de dos obras maestras de los Museos Vaticanos: el Redentor de Correggio y el tapiz de la Pesca Milagrosa de Rafael.
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