Cardenal Aguiar en el Sínodo: Por una Iglesia que sea luz
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
"Hemos percibido en este proceso el creciente despertar de la Iglesia para establecer la Sinodalidad como el estilo de vida propio para fortalecer los vínculos fraternos de la gran familia de Dios, que peregrina hacia la Casa del Padre, como base prioritaria para responder satisfactoriamente a los desafíos presentes en nuestro tiempo". Así valoró el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Presidente Delegado de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el proceso recorrido hasta ahora, durante su intervención en la primera jornada de la segunda sesión el miércoles 2 de octubre.
Desde el Aula Pablo VI en la Ciudad del Vaticano el arzobispo primado de México expuso en español y recordó la primera encíclica de San Pablo VI, Ecclesiam suam, en uno de cuyos pasajes el Papa Montini se refiere al diáloogo de la Iglesia con el mundo "que la rodea y en medio del cual vive y trabaja".
En dicho documento, del que el 6 de agosto pasado se cumplieron 60 años de publicación, Pablo VI plantea que este asunto "es problema que toca al concilio describir en su extensión y complejidad, y resolverlo, cuanto es posible, en los mejores términos". En esta línea, considera que "su presencia, su urgencia son tales que constituyen un verdadero peso en nuestro espíritu, un estímulo, una vocación casi, que para Nos mismo y para vosotros, hermanos —que por igual, sin duda, habéis experimentado este tormento apostólico—, quisiéramos esclarecer en algún modo, como para hacernos idóneos a las discusiones y deliberaciones que en el concilio todos juntos creamos necesarias en tan grave y multiforme materia".
Aguiar sostuvo que se deben continuar los esfuerzos con el mayor ahínco y la mayor esperanza, porque las inercias del tradicional modelo piramidal de ejercer la autoridad eclesial en sus distintos niveles "sigue permaneciendo tanto en buena parte de los presbíteros, fieles y aún en algunos de nuestros hermanos Obispos".
No obstante, se demostró confiado en el caminar juntos a lo largo del desarrollo del Sínodo, "escuchando la Palabra de Dios y la palabra de nuestros hermanos, y compartiendo lo que el Espíritu Santo vaya sembrando en nuestro interior".
El purpurado citó asimismo la encíclica Spe salvi de Benedicto XVI, cuando afirma que "según la fe cristiana, la « redención », la salvación, no es simplemente un dato de hecho. Se nos ofrece la salvación en el sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino".
Una vez más, Aguiar expresó su confianza de que todos los presentes, aunque han constatado la dificultad real de renovar sus Iglesias particulares, hayan percibido cómo sus fieles y agentes de pastoral se han entusiasmado, llenos de esperanza, "en lograr una Iglesia fraterna, solidaria, subsidiaria, que sea luz en las difíciles circunstancias de nuestra época contemporánea".
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