Hollerich: Cuidado y constancia, las claves de las relaciones que crecen
Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano
«Cuidado y coherencia» son las claves con las que se invita a los participantes en el Sínodo a abordar el tema de la sección “Caminos” del Instrumentum laboris, incluido en el Módulo 3. Así lo ha subrayado esta tarde, 10 de octubre, en su presentación, el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general de la asamblea, recordando la temática del módulo, que asume «la perspectiva de los Caminos que sostienen y alimentan concretamente el dinamismo de las relaciones», continuando con «mayor concreción» los temas del Módulo 2. Subrayó que «la riqueza de la red de relaciones que constituye la Iglesia» es a la vez «poderosa y frágil», y por ello necesita cuidados.
Sin cuidados, las relaciones 'se marchitan'
Para el cardenal, sin atención las relaciones «se marchitan» y «se vuelven tóxicas». Por tanto, hay que preguntarse: «¿Con qué herramientas podemos apoyar y alimentar el tejido relacional que necesitan las personas y las comunidades? ¿Qué puede hacerlas más fuertes' y qué, en cambio, 'amortigua y extingue las relaciones'? Relaciones que «son con razón objeto de nuestra contemplación y oración», como riqueza que «ilumina nuestras mentes y calienta nuestros corazones»: ¡son «las relaciones que nos hacen crecer».
Prácticas coherentes con nuestras pretensiones
Pero las relaciones, continuó Hollerich, se viven «en prácticas concretas, día tras día» que deben «ser coherentes con nuestras afirmaciones, de lo contrario la gente escuchará nuestras palabras pero creerá nuestras prácticas». La pregunta que hay que hacerse, para el arzobispo de Luxemburgo, es: «¿Qué articulación de los procesos de toma de decisiones en la Iglesia es coherente con lo que decimos sobre las relaciones entre vocaciones, carismas y ministerios, sobre su reciprocidad y complementariedad? ¿Y con lo que decimos sobre la dignidad de todo bautizado?».
Los cuatro párrafos de la sección «Caminos»
El ponente general recordó a continuación los cuatro apartados de la sección «Caminos». El titulado «Una formación integral y compartida» responde a la fuerte necesidad, surgida durante el proceso sinodal, de formación, y la primera «debe ser la de la escucha (de la Palabra de Dios, de los hermanos y hermanas, del contexto en el que se desarrolla la misión y de la voz del Espíritu Santo)». El párrafo «El discernimiento eclesial para la misión» pone de relieve «la profundidad espiritual, teológica y pastoral de un auténtico proceso de discernimiento, que lo diferencia de cualquier técnica o metodología organizativa o de gestión». El tercer apartado, «La articulación de los procesos de toma de decisiones», reflexiona sobre la necesidad de que «la Iglesia desarrolle modos participativos de toma de decisiones, en la circularidad del diálogo entre todos los miembros del Pueblo de Dios y en el respeto de los diferentes roles», especialmente el de quienes ejercen la autoridad en nombre del Señor. También profundiza en el valor de la consulta. Por último, el apartado sobre «Transparencia, rendición de cuentas, evaluación» invita a promover un cambio cultural y una conversión de actitud, volviendo a las «prácticas de la Iglesia primitiva», conscientes de que «la evaluación periódica del trabajo de quienes ocupan puestos de responsabilidad es una herramienta para desempeñarlos mejor, aprendiendo de la experiencia».
El ejemplo del estilo en los informes de la Asamblea
Por último, fijándose en el estilo de los informes en la Asamblea sinodal, el cardenal Hollerich explicó que «preparar las intervenciones en grupos y en plenaria, respetar los tiempos y los temas, expresarse con franqueza», la parresía a la que a menudo les llama el Papa, «estar disponibles» para afrontar «posibles bloqueos o temores y cultivar una actitud de confianza recíproca» son formas de «cuidar la relación entre nosotros, por el bien de toda la Iglesia».
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