Santa Sede en la ONU: La educación es factor clave contra la drogadicción
Vatican News
En un momento en que «la plaga del consumo de drogas sigue extendiéndose», la Santa Sede pide un «triple enfoque» basado en la aplicación de la ley, el tratamiento adecuado de quienes sufren adicción y la prevención a través de la educación. Así lo afirmó el 7 de octubre en Nueva York el arzobispo Gabriele Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, en un debate sobre el control internacional de las drogas en el marco de la 79ª sesión de la Asamblea General, durante el cual subrayó que la Santa Sede «apoya toda iniciativa encaminada a establecer un sistema de justicia penal eficaz» para «prevenir y combatir la producción y el tráfico de drogas ilícitas» y también «exhorta a la comunidad internacional a rechazar la pena de muerte, la tortura y otros castigos crueles e inusuales que atentan contra la dignidad humana».
La importancia de la educación
«Los sistemas de justicia penal no deben limitarse a punir a los delincuentes, sino que deben tratar de garantizar su reeducación efectiva y su adecuada reinserción en la sociedad», añadió monseñor Caccia, precisando que «la Santa Sede apoya la puesta en marcha de programas» para tóxicodependientes que, «a través del tratamiento, el apoyo psicológico y la rehabilitación», les devuelvan la «dignidad que Dios les ha dado». «La educación es el factor clave en la prevención de la drogadicción», añadió el observador permanente, advirtiendo contra la desinformación, “muy extendida en las redes sociales”, que “resta importancia a los riesgos de las drogas”, y subrayando la importancia de la educación “en la familia y en la escuela”, que debe »incluir información científica actualizada sobre cómo las drogas afectan negativamente al cerebro, al cuerpo, al comportamiento personal y a la comunidad.»
Lucha contra el tráfico de órganos
Caccia también se centró en la lucha contra la delincuencia que afecta «desproporcionadamente» a los más vulnerables. «Particularmente preocupantes», señaló, son los delitos de tráfico de órganos y las personas vinculadas a esta lacra, así como “el tráfico de órganos de personas que han sufrido la pena de muerte”. Por ello, «la Santa Sede pide a todos los Estados que refuercen sus estructuras legislativas y policiales para prevenir y combatir» este tráfico. También se instó a realizar esfuerzos específicos para luchar contra el tráfico y la explotación de menores en la red. Al mismo tiempo, el prelado instó a respetar la dignidad humana también en la imposición de sanciones penales y en las condiciones carcelarias.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí