Gugerotti: Salvar el Líbano de la fragmentación violenta
Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano
La experiencia libanesa de convivencia de pueblos diferentes es hoy «una utopía herida, nacida ya precaria pero fascinante, y necesitamos mantenerla viva para no caer en la fragmentación violenta que está afectando a todo el mundo». Lo ha subrayado esta tarde el cardenal Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, en la presentación del volumen «Ecos de la crisis del Líbano. ¿Conflicto o convivencia?», editado para Rubettino por monseñor Samuele Sangalli, coordinador de la Escuela Sinderesi de la Pontificia Universidad Gregoriana, en la sede de la universidad.
Experiencia de convivencia entre pueblos y variedad de Iglesias
El cardenal Gugerotti habló de la riqueza de la publicación, que «enseña a los estudiantes que el mundo es complejo y la convivencia está hecha de matices, que no se pueden pasar por alto, porque de ellos depende la supervivencia de una realidad como el Líbano moderno». Una experiencia «de convivencia de pueblos y variedad de Iglesias cristianas», muchas de las cuales han encontrado desde entonces un «centro de gravedad» externo en la comunión con Roma. Un «milagro libanés» que fue, recordó el prefecto de las Iglesias orientales, también un modelo de riqueza material, la «Suiza de Oriente» antes de hundirse en la actual crisis económica.
El sistema del Imperio Otomano
En su discurso, el cardenal repasó los principales rasgos del origen de la «utopía libanesa», gracias al compromiso de la Francia poscolonial en la realización de esta «forma especial de presencia política en un entorno en el que el cristianismo se considera una religión minoritaria». Recordó que, entre los distintos sistemas políticos islámicos, el del Imperio Otomano reconocía el derecho de los distintos grupos religiosos minoritarios a autogestionarse, a crear «millets», naciones autónomas formadas por las distintas Iglesias cristianas, encabezadas por su patriarca. En el modelo libanés, sin embargo, estas diferentes competencias y tradiciones no se limitan a la autogestión, sino que contribuyen conjuntamente al gobierno del país.
Las diferentes comunidades cristianas, una experiencia eclesial itinerante
Gugerotti siguió definiendo la libanesa como una experiencia eclesial itinerante, de tradiciones cristianas no árabes y no locales, aparte de la Iglesia melquita, vinculadas a la peregrinación, como la tradición asirio-caldea procedente de India y China, que luego se identificaron en el mundo árabe. Y la identificación de las comunidades cristianas con diferentes grupos étnicos ha creado dificultades ecuménicas, debido a la dificultad de encontrar diferentes clanes étnicos más que dogmas religiosos. Por último, recordó un episodio del que fue testigo durante la fase de redacción de la exhortación postsinodal del Sínodo sobre el Líbano. El obispo maronita que había redactado el primer borrador del documento, relató el cardenal, «insistió en el mensaje del Líbano como un mensaje de arabidad unida. Pero en el pasado, los cristianos libaneses no querían reconocerse como árabes». Algo había cambiado, «porque los patriarcas ya no hablaban francés, sino árabe. Las minorías cristianas habían comprendido la importancia de ser aceptadas como una realidad vinculada a esa región, no externa».
La embajadora Daher: los valores del taller libanés
El discurso del cardenal Gugerotti estuvo precedido por los saludos de Giuseppe Bonfrate, director del Centro Alberto Hurtado de Fe y Cultura de la Gregoriana, y de Nino Galetti, director de la Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung Italia. A continuación, Mira Daher, embajadora del Líbano en la República Italiana, afirmó que su país «no es sólo una tierra, es una idea, unida por el deseo común de vivir juntos en paz. Un símbolo de diversidad, resistencia y esperanza». Un Estado civil «consagrado a la libertad religiosa, no un Estado teocrático». Y describió el Líbano como «no un mosaico, sino una amalgama, porque los libaneses están integrados y unidos por el amor a su país». En la publicación editada por Monseñor Sangalli, Daher encontró «una mezcla de perspectivas, que presentan al Líbano como un laboratorio para buscar soluciones eficaces a los conflictos que desde hace tiempo se suceden en Oriente Medio». Explicó que las tragedias de la guerra en curso entre Israel y Hezbolá «nos mantienen aún más unidos, y puedo ser testigo de esta resistencia cada día». La diplomática concluyó describiendo el sistema político confesional libanés como «un reto y una oportunidad», cuyos valores de democracia, libertad y coexistencia «deben preservarse como testimonio de unidad, diálogo y resistencia en todo Oriente Medio».
Las intervenciones de quienes ayudan a la población libanesa
A continuación, intervinieron Ivo Graziani, jefe de Gabinete del Gran Hospitalario de la Soberana Orden de Malta, y Elie Al-Hindy, Experto Principal de la Fundación Adyan, Profesor Asociado de Relaciones Internacionales de la Universidad Americana de los Emiratos. Las conclusiones se confiaron a Monseñor Samuele Sangalli, coordinador de la Scuola Sinderesi.
El libro «Ecos de la crisis en el Líbano. ¿Conflicto o coexistencia?»
Con «Echoes of the Lebanon crisis. Conflict or coexistence?» (Ecos de la crisis del Líbano. ¿Conflicto o coexistencia?), editado por monseñor Sangalli y publicado en inglés, la Escuela Sinderesis de la Universidad Gregoriana inicia una investigación sobre las situaciones de conflicto en las fronteras de Europa. El estudio de la actual crisis libanesa reviste especial importancia como modelo potencial para interpretar otras situaciones similares, en las que diferentes grupos están llamados a convivir, en la encrucijada del conflicto o de una posible coexistencia armoniosa en Oriente Medio. El enfoque multidisciplinar, realizado según el modelo de «discernimiento social» propuesto por la Escuela, nos invita a recorrer los acontecimientos históricos clave que condujeron a una situación tan compleja en el «País de los Cedros» para comprender mejor la dinámica geopolítica, sociológica, institucional y religiosa del Líbano actual. Un texto que también puede ayudar a quienes aún no conocen el Líbano a conocer y amar su historia y su presente, en todos los ámbitos mencionados. Y que invita a enfrentarse concretamente a este «Mensaje-País y Taller», al tiempo que renueva la esperanza de los ciudadanos libaneses y los anima a no perderla.
La Escuela Sinderesi de la Universidad Gregoriana
La Escuela Sinderesi (hasta 2014 «Cenáculo Sinderesi») es un curso anual de formación en el compromiso socioeconómico y político, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, activo desde hace ocho años en el Centro Fe y Cultura «Alberto Hurtado» de la Pontificia Universidad Gregoriana. Una experiencia dirigida a jóvenes laicos menores de 35 años, que pretende desarrollar una pasión inteligente por el compromiso social y político en un estilo comunitario, aumentar el deseo de participar en la vida social, siguiendo el ejemplo de las llamadas «minorías creativas», y estimular la capacidad crítica, discursiva y de profundización en temas socio-políticos en clave eclesial. La Escuela se configura como un taller cultural internacional (en italiano e inglés) que requiere el compromiso y la participación activa de los jóvenes, implicados como protagonistas en la experiencia, pero también -y no menos- de los profesores, que en una tarea «mayéutica» ayudan a los jóvenes a adentrarse competentemente en los temas propuestos, favoreciendo la creación de esos vínculos de sintonía ideológica capaces de sostener luego un compromiso en primera persona en los lugares de responsabilidad, profesional e institucional en los que uno se desenvuelve.
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