Mons. Vesco: Beatificación de los mártires promueva diálogo con el islam
El actual Obispo de Orán, Mons. Jean-Paul Vesco, fue entrevistado por Marie Duhamel:
«Para mí ha sido una alegría profunda ver que el testimonio de esta pequeña Iglesia, a partir de la independencia, es la de querer ser una presencia amiga en el pueblo argelino, hasta donar su sangre y de haber acompañado a estos amigos argelinos – este pueblo – en las grandes dificultades de estos diez años oscuros.
Este testimonio es reconocido y su valor evangélico se propone como un modelo posible para los cristianos de todo el mundo, así como también un modelo de los lazos entre musulmanes y cristianos. Y es efectivamente fuente de alegría profunda.
No sin preocupación, porque es una Beatificación que de por sí es un testimonio.
Ello quiere decir que se trata de hacer de esta Beatificación, para nosotros, para mí que soy Obispo aquí en Orán, y para nuestra Iglesia, un testimonio; y ello será difícil.
No mencionamos el pasado: se trata de hechos de vida que son extraordinariamente recientes y por ello, para nosotros, es verdaderamente una circunstancia muy particular: un desafío muy grande».
Las beatificaciones y la misión cotidiana en Argelia
«Es necesario que se comprenda el sentido, porque esta beatificación está llena de significado y también de posibles malentendidos. Ante todo, nuestra presencia en Argelia, ha sido siempre queridamente discreta y el desafío será el de hacer hincapié en esta discreción, sin que de repente esta presencia pierda su discreción.
Habrá que explicar qué es una beatificación: en el mundo musulmán no saben de qué se trata.
Luego, está el riesgo enorme de que la Iglesia se vea como una entidad que quiere alardear con estos testigos – es el significado de la palabra ‘mártir’ – al tiempo que ha habido 200 mil víctimas en el país.
Habrá que mostrar el valor de este testimonio, es decir, que los cristianos que han muerto o que han corrido el riesgo de perder su vida para permanecer al lado de los musulmanes, no han sido asesinados por musulmanes.
Ésta será para nosotros ocasión para recordar, una vez más, que aquellos que han luchado contra la violencia son ante todo musulmanes. Un centenar de imanes perdieron la vida. Estos héroes de cada día, en el arco del decenio negro, han perdido su vida en nombre de la fe – aquellos que llamamos ‘santos – y son bien numerosos.
El desafío es destacar todo esto. El riesgo es que de repente pueda parecer que se quiere apartar todo lo que ha vivido este pueblo».
Paz y discreción
«Anhelamos de todo corazón que esta beatificación se pueda desarrollar en Argelia: no solo en Argelia, sino precisamente en Orán. Y por supuesto para mí es un gran honor, porque las beatificaciones se suelen celebrar en los países donde los Beatos han dado su testimonio. Y aquí la particularidad es que no es una sociedad cristiana, sino de mayoría musulmana.
Pero creo que sea posible y que pueda ser en espíritu de paz. Aunque para ello habrá que esperar un poco. Será una celebración discreta: es lo que esperamos».
Donar la vida, espíritu de apertura y de diálogo: palabras clave
«Se habla de ‘martirio’, es decir de donar la vida hasta la sangre, en la fe. Y ello es verdad: hay que recordar una dimensión particular de la noción del martirio, porque no se trata de vidas que han sido ‘arrebatas’, sino donadas de antemano. Había un riesgo y se asumió: el de permanecer al lado de la población.
Aunque la Iglesia sea considerada extranjera – y ello nos hace sufrir – la Iglesia, a partir de la independencia, ha querido ser parte de la sociedad: y éste es su testimonio y su fortaleza».
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