Iglesia en México: Situación de alarma por denuncia al narcotráfico
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Ayuda a la Iglesia Necesitada continúa con sus eventos en recuerdo a los cristianos perseguidos en el mundo, después de la iluminación del Coliseo de rojo del pasado 24 de febrero, ahora ha organizado la Noche de los testigos, un evento que se está desarrollando del 12 hasta el próximo lunes 19 de marzo y que contará con testimonios destacados procedentes de países donde los cristianos son víctimas de persecución y graves violaciones de la libertad religiosa. Uno de ellos es Monseñor Ramón Castro, Obispo de Cuernavaca en México.
La situación de la Iglesia en México en los últimos años es bastante crítica. Las cifras hablan por sí solas: 55 sacerdotes asesinados entre el periodo transcurrido entre 1990 y 2017. “Un fenómeno muy triste y doloroso” asegura Mons. Castro “que ha oscurecido el horizonte del país” y que les hace tener esta característica mundial tan triste “que preocupa tanto a la Iglesia en México como a toda la Iglesia en general”. Aunque no solamente afecta a los sacerdotes – concretiza el Obispo de Cuernavaca – sino también al pueblo mexicano.
Monseñor Castro junto a toda la Iglesia mexicana, se encuentran en la cabeza en la denuncia del narcotráfico, pues una parte de su misión pastoral es “defender la verdad y la integridad de su pueblo”. Defensa de la verdad que le ha llevado a vivir algunas consecuencias negativas - explica – tal es así, que en el Estado de Morelos de donde es Obispo en la Diócesis de Cuernavaca, “uno de los Estados con mayor dificultad de narcotráfico y de todas las consecuencias de este” continúa narrando - precisamente por denunciar la verdad, la corrupción, y el narcotráfico, “ha sido calumniado” asegura.
“Es una persecución más sutil en donde se calumnia a la persona para hacerla decaer en su autoridad moral” - continúa explicando, pero también ha llegado al grado “de encontrar el neumático delantero izquierdo del automóvil rajado con una navaja”, y asegura que “estuvo a punto de causar un accidente que nadie hubiera podido descubrir”.
Modus Operandi de los criminales en México
Uno de los Modus Operandi de estos criminales es “el de convencer y obligar tristemente a tantos jóvenes que se ven forzados por necesidades económicas y por pobreza a entrar en este tipo de mundo” explica el Obispo de Cuernavaca, ya que “hay una lucha entre ellos por obtener el dominio de un cierto terreno y entre ellos generalmente se matan, pero también necesitan gente”.
Mons. Castro desgraciadamente ha vivido de cerca el ejemplo de una familia víctima de estos criminales. Una familia en la que “el hijo de 18 años fue forzado a entrar en una de estas bandas criminales y si no lo hacía mataban a alguno de los miembros de su familia, a su madre, a su hermana…” explica Ramón Castro y prosigue “una vez que el hijo entró, a los 3 meses después de distribuir droga, le pidieron que matara a alguna persona. Él no quiso, se lo dijo a su madre y ella le dijo que eso no lo podía hacer y entonces lo mataron a él, le cortaron la cabeza, le decapitaron, y mandaron la cabeza a su madre”. El resto del cuerpo no lo encuentran todavía - dice Castro - declarando que esto “es una de las formas en que ellos ganan terreno y ganan gente para este crimen organizado”.
El 80% de los delitos no son denunciados
Además habla de lo que ellos denominan “la cifra negra”, en la que el 80% de los delitos que se cometen no son denunciados: “no estoy exagerando, esto es una cifra oficial” expresa Castro y pregunta ¿por qué no son denunciados?. La respuesta de Castro es clara: “No solamente es por una cuestión del secuestro y los secuestradores, sino también porque tiene miedo la misma policía y tienen miedo a iniciar un vía crucis y denuncia”. De iniciarlo, asegura el Obispo mexicano, “llaman a la misma policía y le dicen: sé que usted ha denunciado y ahora va a tener consecuencias”.
Pero también los hay “quienes se atreven a hacerlo y comienzan un vía crucis enorme” continúa explicando, “y después son amenazados por las mismas bandas criminales, de que no tienen que testificar, y si denuncian, pagarán las consecuencias su familia”. Es una situación muy complicada “en donde no hay justicia y hay una enorme corrupción” concluye e invita a recordar que todos somos Iglesia y a no olvidar que lo que sucede en México afecta a toda la realidad eclesial: “Debemos ser solidarios y este tipo de cáncer en nuestra sociedad, donde quiera que sea, lo debemos de tratar erradicar con el Evangelio, con el Reino de Dios, buscando la paz, la justicia la fraternidad y la solidaridad”.
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