Obispos de Honduras: no a soluciones superficiales, necesario frenar la corrupción
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, al culminar la Asamblea Plenaria de este mes de junio, emitieron un comunicado en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, demostrando su preocupación por la situación del país, a seis meses de las elecciones generales.
Es urgente escuchar a la sociedad
Los prelados hacen presente la crisis actual que atraviesa la nación, expresando el aumento de la insatisfacción en relación a las condiciones de vida de los ciudadanos, y la disminución de la credibilidad y confianza en las instituciones y en los principales actores de la vida política.
Una crisis en la que “el arte de dialogar”, -escriben en relación a los políticos - parece “estar ausente” o en el mejor de los casos “poco desarrollado”, lo que pone de manifiesto la urgencia de impulsar otros espacios de diálogo donde el principal actor sea la sociedad.
No a leyes, decretos y sentencias que garanticen impunidad a los corruptos
De ahí que los obispos exijan a la clase política rehabilitar la política y respetar la Constitución en lugar de violarla y acomodarla a sus intereses particulares, y no debilitar la institucionalidad “con leyes, decretos y sentencias hechas a la medida para proteger y garantizar impunidad a personas señaladas por la corrupción.
La Iglesia apoya las iniciativas que combatan la corrupción
De este modo manifiestan acompañar y asumir “toda iniciativa ciudadana de lucha contra la corrupción”, porque se trata de defender la dignidad y derechos del pueblo empobrecido y víctima del poder político y económico, que ha convertido al Estado en una “hacienda particular”.
Así, detallan que luchar contra la corrupción “significa defender las acciones de la MACCIH, del Ministerio Público, de la UFECIC”, y sentirse parte de la lucha que “lleva a cabo el Consejo Nacional Anticorrupción”.
No bastan soluciones superficiales
En relación a la aprobación de la moción del Congreso de la República de la lectura de la Biblia en las escuelas, del pasado mes de mayo, los obispos hondureños señalaron que se trata de una solución superficial, dado que la Sagrada Escritura es un don de Dios para fortalecer la fe: “no pretendamos utilizarla como un recurso por el que se aprendan automáticamente unos valores que sólo se interiorizan de verdad por medio de recursos pedagógicos, como son la imitación y la motivación”, escribieron.
En cambio, los prelados señalaron como “deseable”, que se pudiese instaurar en las escuelas una “asignatura optativa de religión”, para aquellos alumnos cuyos padres la elijan. Un modelo de escuela "religiosamente pluralista” - añadieron - “respeta el derecho de los padres a educar a sus hijos en principios religiosos y morales que ellos consideren como parte de la formación integral de la persona en todas sus dimensiones.”
Solidaridad con Guatemala y Nicaragua
En la conclusión del Comunicado la Conferencia Episcopal Hondureña expresó su solidaridad con los vecinos países de Guatemala y Nicaragua, que sufren, respectivamente, de las consecuencias de la erupción del volcán del Fuego uno y de una crisis política y social el otro, esta última que podría “reproducirse” también en Honduras, si no se da una "verdadera conversión a los valores de la democracia".
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