Obispos de Mozambique lanzan un llamamiento por la Paz

Ciudad del Vaticano

"Nuestras riquezas pueden generar empleos, estabilidad y esperanza para los jóvenes si van enmarcadas en un contexto de desarrollo. Pueden producir un bienestar para la población si se gestionan, distribuyen y controlan de manera correcta", son las palabras de Mons. Luiz Fernando Lisboa, Obispo de Pemba, a través de un comunicado.

La nota del prelado se produce después de los graves ataques que sacudieron a su diócesis y causaron docenas de muertes, creando un ambiente de tensión e inseguridad que en los últimos meses, ha complicado la vida de miles de personas.

La clave está en compartir los recursos

"En los últimos años - se lee en la declaración - con el descubrimiento de muchos recursos naturales, hemos sido el objetivo de una verdadera invasión de personas de diferentes lugares, empresas y proyectos". Por esta razón, Mons. Lisboa enfatiza que dichas riquezas "podrían generar una vida mejor para toda la población de la Provincia y del país (creyentes y no creyentes, ancianos y niños, hombres y mujeres) si fueran administradas con racionalidad y justicia.

"Las diferencias que siempre han existido pueden desaparecer con un intercambio de bienes serio y responsable", subraya el mitrado.

Necesidad de una respuesta clara del Gobierno

Por otra parte, el Obispo de Pemba destaca, que en la matriz de los ataques existe un "enemigo oculto" porque no se sabe exactamente quién es y lo que quiere: "no tiene rostro, ninguna propuesta, ni siquiera un interlocutor con el que se pueda hablar".

"Pero la única cosa que entendemos - continúa expresando en la nota - es que esta "fuerza contraria" refleja claramente su rabia, su descontento, y su forma de gritar para llamar la atención. Desafortunadamente, si bien estos terribles eventos han sido denunciados internacionalmente, aún no hay una respuesta clara por parte del gobierno central", denuncia el prelado.

Construyendo una sociedad más justa y fraternal

"Los jóvenes que participan en los ataques no son sólo extraños, extranjeros o terroristas; también hay jóvenes de nuestras familias, pueblos, partidos, y de nuestras profesiones de fe", dice Mons. Lisboa, señalando que tales ataques plantean serias dudas acerca de la correcta inclusión de los jóvenes en la construcción de una sociedad más justa, fraterna e igualitaria. 

La declaración termina con una exhortación "a no dejarse cegar por los prejuicios religiosos, étnicos y políticos; sino que en su lugar, invita formar una gran cadena de buenos sentimientos, buenas prácticas, buenas relaciones, buenos consejos y buenas iniciativas; para que la paz, que siempre es fruto de la justicia, reine de nuevo entre el pueblo de Mozambique".