Mons. Moronta: «miremos a los ojos al Santo Cristo de la Grita»
Ciudad del Vaticano
"Una de las acciones más determinantes y humanas de Dios en la historia de la humanidad es la Encarnación de su Hijo, Jesús, el Dios humanado. Se hizo presente en el mundo de tal manera que se identificó con los seres humanos en todo menos en el pecado". Con estas palabras Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, en Venezuela; inició su homilía en la misa celebrada el 6 de agosto en la festividad del Santo Cristo de la Grita: una devoción popular que cumple 408 años y que fue ofrecida especialmente por el consuelo y la protección para el pueblo venezolano, sumergido en una grave crisis política, económica y social.
“No podemos prescindir de Cristo si queremos salir de la crisis que golpea al país entero. Él nos da la luz de su Palabra y la fuerza de su Espíritu de amor, mientras nos desafía cuando nos recuerda que todo lo que se le haga a cualquiera de los más pequeños se le hace al mismo Señor”, exhortó Mons. Moronta.
Combatir los enemigos de la Cruz
Por otra parte, el prelado enumeró algunos "enemigos de la cruz de Cristo", a los que como cristianos debemos hacer frente, ya que se convierten en “cargas inmensamente pesadas sobre los hombros de la gente", considerándose "dueños de la vida al promover y defender, por ejemplo, la corrupción, el aborto y la eutanasia".
Ante estos "enemigos", el Obispo de San Crsitóbal recordó que la "cruz de Cristo sigue siendo victoria para todos".
Acompañado por una treintena de sacerdotes, Moronta ofició la Santa Eucaristía frente al Santuario Diocesano lleno de fieles y peregrinos, llegados de diversas áreas para rezar al Cristo de la Grita. El pueblo cantó junto al coro las piezas venezolanas al ritmo de arpa, cuatro y maracas.
Venezuela no está sola ante el sufrimiento
“Al contemplar al Santo Cristo, descubrimos en su cruz los rostros de tantos jóvenes y familias completas que han debido emigrar a otros países, los de la inmensa cantidad de venezolanos que están pasando hambre de verdad, así como de los numerosos ciudadanos que han visto deteriorar su salud por la falta de adecuada atención y medicamentos”, afirmó el purpurado, señalando que junto a esos rostros llenos de dolor, "también aparecen los de quienes, venciendo dificultades, dan lo mejor de sí a favor de los hermanos. Son quienes muestran que, en medio de la turbulencia del momento, el Señor está allí con nosotros”.
Miremos a los ojos del crucificado
Y tras reflexionar sobre las distintas problemáticas que sufre a diario la nación venezolana, el mitrado lanzó un mensaje de esperanza, inspirado en la invitación del Papa Francisco a ”levantar los ojos al Crucificado” (G.Ex 15).
"Como peregrinos llenos de fe, es lo que hacemos cada vez que venimos a encontrarnos con el Santo Cristo de la Grita. Que sean ojos de fe para ver y contemplar en Él, ícono de nuestra Iglesia en el Táchira, lo que Él ha hecho por nosotros y lo que nosotros en su nombre hemos de hacer", concluyó Mons. Moronta.
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