Conferencia Episcopal de Nicaragüa agradece al pueblo su cercanía
Griselda Mutual- Ciudad del Vaticano
En la conclusión de su Asamblea anual, el Arzobispo de Managua, el Cardenal Leopoldo Brenes, grabó un video mensaje de agradecimiento a Dios por la llamada al servicio en la Iglesia, acompañado por los nueve obispos que participaron en estos tres días de trabajo.
Los obispos al pueblo: los amamos
El cardenal Brenes manifestó también a los fieles su gratitud por su oración y cercanía en estos tres días “de reflexión y fraternidad”, en los cuales, dijo, han sentido “la presencia del Espíritu que nos ha guiado”:
“Nos disponemos a regresar a las iglesias particulares para seguir acompañándoles y anunciándoles a Jesucristo. Agradecemos su oración, su afecto y cercanía y queremos decirles que queremos estar siempre cerca de ustedes y seguir anunciándoles a Jesucristo. Cuenten siempre con nuestras oraciones. Estaremos pendientes de cada uno de ustedes y que nuestra oración los acompañe siempre. Cuenten con nosotros y nosotros contamos con ustedes”, reafirmó.
La crisis en Nicaragüa
Los Obispos nicaragüenses no hicieron alusión alguna a la delicada situación del país, sino que se apoyaron en la Madre de Dios y en su relación con el pueblo, al que la CEN ha estado más cercana que nunca en estos siete meses de conflicto social.
El conflicto partió con la aprobación, el pasado 16 de abril por parte del Presidente Ortega, de la reforma de la ley del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que preveía un descuento del 5% de las jubilaciones, y un incremento de los aportes de las empresas y los trabajadores. Una moción que tuvo su contraparte, primeramente, en las universidades, en donde grupos de estudiantes se organizaron en protestas pacíficas, degeneradas, a posteriori en el curso de los últimos meses, en violencia, represión y muerte.
Se acerca la fiesta de "la Purísima"
Mientras tanto, en medio del conflicto social, el pueblo nicaragüense se prepara para la fiesta del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, "la Purísima", como la llaman ellos, a cuyos pies se ponen los obispos en el final del mensaje con el tradicional saludo devocional a la Madre de Dios: "¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María! ¡Que viva la Virgen!"
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