“Misión Esperanza”. Mons. Víctor Sánchez: un proyecto que nos conmueve
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
Tras el terremoto que sacudió México en el martes 19 de setiembre de 2017, causando víctimas y daños en las propiedades en diversos estados mexicanos, una parroquia de Chicago, la Parroquia de La Inmaculada Concepción, en donde se encuentra una de las diásporas hispanas de origen mexicano más grandes del país, organizó hace un año junto con los feligreses una “Misión Esperanza”, para colaborar en la construcción de una casa de una familia mexicana afectada por el terremoto. A más de un año de la tragedia.. ¿cuáles fueron los resultados de esta misión? Se lo preguntamos al Arzobispo de Puebla, Monseñor Víctor Sánchez:
R.- Exactamente a un poco más de un año de esta desgracia que tuvimos, de estos sismos tan tremendos que tuvimos, la Misión Esperanza fue un gran consuelo para nuestra gente que sufrió. La Misión Esperanza vino primero en ayuda humanitaria a dialogar, a platicar con las personas afectadas. Inclusive la arquidiócesis mandó seminaristas, religiosas, sacerdotes a platicar con nuestra gente, a platicar con nuestros fieles. Y la Misión Esperanza vino también a eso, y después para traer una ayuda emergente. Hemos entregado un gran número de casas sobre todo para las familias más afectadas, y es un gran consuelo para esta gente que hermanos de una parroquia de Chicago, en donde hay muchos mexicanos, hayan venido en apoyo y en ayuda de estos hermanos que sufrieron.
“Una parroquia humilde de migrantes en ayuda de sus paisanos”
Es un testimonio verdadero de lo que puede hacer la solidaridad de una sola parroquia…
R.- Exacto. Una sola parroquia, y entiendo que se trata de una parroquia humilde, sencilla, de hermanos migrantes que vinieron en ayuda de sus paisanos y de sus hermanos migrantes. Porque también esta zona es una zona de migrantes. Es una zona de donde sale mucha gente migrante, sobre todo hacia los Estados Unidos. Estoy muy agradecido, como mi hermano, su arzobispo, y no sólo con la parroquia de la Inmaculada Concepción de Chicago, con su párroco el padre Manuel Dorantes, sino también con Cáritas Internacional, con Cáritas Nacional, con Cáritas de otras arquidiócesis de México, de Guadalajara, Monterrey, Querétaro y desde luego Cáritas Puebla que también estuvo en auxilio de estos hermanos, en primer lugar con a atención espiritual, de cercanía y de presencia. Luego en un segundo momento, en un aspecto de emergencia, llevándoles víveres, ropa, medicamentos, y en esta nueva etapa con la reconstrucción de sus viviendas. Ayudarles a que tengan una vivienda digna. Y porque así lo pensó la Misión Esperanza, pensamos en a qué personas se tenía que ayudar: gente de la tercera edad, madres solteras, o como lo llama ahora la pastoral familiar, madres responsables, minusválidos. Se escogieron las personas más necesitadas. Ellos están agradecidos hasta las lágrimas por este apoyo que nos llegó desde fuera. Y en lo personal repito, como arzobispo y arquidiócesis estamos agradecidos con esta iglesia hermana de Chicago.
Es un proyecto lleno de esperanza de fe, de fraternidad, que nos conmueve: que hermanos migrantes vengan en ayuda de sus paisanos y hermanos necesitados que sufrieron mucho por este terrible de sismos que tuvimos.
Arquidiócesis de Puebla solidaria con los migrantes
Monseñor, hablando de migrantes, no podemos dejar de preguntar sobre el paso de la caravana migrante en su arquidiócesis… ¿cómo se organizaron?
Puebla como es paso de una frontera a la otra y desde aquí se distribuyen a distintas partes de la frontera norte -la mayoría van hasta Tijuana pero también hay otros pases más cercanos - recibe no sólo ahora, con motivo de estas caravanas, porque son varias, sino que recibe permanentemente hermanos migrantes. Yo he dispuesto aproximadamente ocho espacios: las parroquias que están cercanas a la estación del tren, las que están cercanas a la central camionera, y la Casa de la Juventud, que son espacios amplios.
Nuestros hermanos migrantes llegan sobre todo a las parroquias cercanas a la estación del tren y a la estación de la central camionera, y allí estas parroquias están organizadas con voluntarios. Los sacerdotes que tengo no sólo en pastoral social sino dedicados al tema migrantes, son muy sensibles a este tema de los hermanos que sufren, que caminan, que llegan con muchas necesidades de salud, porque lógicamente de tanto caminar vienen llagados, con fiebre muchas veces. Entonces disponemos de estos espacios en los salones parroquiales, los auditorios de las parroquias, y no nos han faltado los alimentos, los medicamentos, la ropa, por toda la gente a quien sensibilizamos de que tenemos que ir en ayuda de estos hermanos. No vemos ningún otro fin sino el fin humanitario, el aspecto fraterno y caritativo hacia estos hermanos.
El pueblo tiene un banco de alimentos que distribuye miles y miles de alimentos a los hermanos que lo necesitan. Y ni siquiera hemos necesitado que el banco de los alimentos vaya en apoyo de los alimentos de los hermanos migrantes, porque los mismos fieles de las parroquias han sido muy generosos con ellos. Y repito, los sacerdotes destinados al tema de migrantes, han sido muy sensibles y son muy estimados por los fieles, de tal manera que contamos con todo el apoyo de nuestros fieles, y sólo en la parte de medicamentos y sobre todo de ambulancias y de hospitalizaciones, contamos con el apoyo del gobierno del Estado. Hay una buena relación con el gobierno. Yo le he pedido al señor gobernador que nos apoye y siempre están en estos centros de migrantes dos, tres ambulancias de la secretaría de salud del gobierno del Estado. Hemos hecho un frente común y gracias a Dios hemos atendido lo mejor posible a estos hermanos migrantes.
«¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?»
El tiempo de adviento ha iniciado, y en México hoy comienza el novenario a la Santísima Virgen de Guadalupe. ¿Cuáles son las esperanzas que el pueblo mexicano pone a los pies de la Virgen?
Desde luego en el tiempo del Adviento la figura hermosa para nosotros es María, la mujer del Adviento, y tanto la fiesta del 8 de diciembre como la fiesta sobre todo del 12, el pueblo de México resalta mucho la figura de María y sobre todo la figura de María de Guadalupe como la mujer de esperanza, como la mujer del Adviento, como la mujer que esperó que ansias a su Hijo como Madre y a su Hijo como Salvador. Nuestros fieles peregrinan mucho, ya en estos días se están moviendo por las carreteras. Puebla es la parte oriente, toda la gente de oriente del golfo de México, del sureste pasa por Puebla, y vemos cientos y cientos, miles y miles de peregrinos, muchos caminando, otros muchos en bicicleta, caravanas de a caballo y carros particulares, buses: es un gran amor a nuestra Madre de Guadalupe y lo vemos reflejado en estos días. Yo creo que el pueblo de México tiene como signo de esperanza a Santa María de Guadalupe: en ella, ante todos nuestros problemas que vivimos, en ella tenemos puesta nuestra fe, nuestra confianza, nuestra esperanza. Y a todos nos motivan las palabras de la Santísima Virgen María: ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? Esa es la frase de Santa María de Guadalupe a san Juan Diego, que nos llena a todos los mexicanos de fe y de esperanza.
Para ayudar a que más gente pueda volver a su hogar, se puede acceder a “Misión Esperanza” en: www.gofundme.com/misionesperanza. La colecta guiada por la Iglesia de Chicago tiene el objetivo de contruir tantas casas como las donaciones permitan. En este momento Misión Esperanza está comprometida en la reconstrucción del Seminario Mayor y Menor de la Diócesis de Huajuapan de León, Oaxaca.
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