Arzobispo de San Salvador: la democracia en C.A. es muy débil

Patricia Ynestroza/ Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

Hacia la democracia

Seis presidentes han sido electos desde que se firmaron los Acuerdos de Paz, entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el gobierno salvadoreño, un 16 de enero de 1992. Con este pacto se puso fin a la guerra civil que había durado 12 años y con un resultado de más de 70,000 víctimas, en su mayoría civiles.

Paralelo a la dinámica de la guerra, diferentes iglesias, universidades e instituciones de la sociedad civil habían promocionado el diálogo entre las fuerzas en conflicto, para lograr el final de la guerra y la instauración de un régimen democrático. Al terminar la guerra,  el FMLN se convierte en partido político y participa en las elecciones. Triunfando por primera vez en 2009.

Partidos políticos no cumplen promesas a los ciudadanos

En la presente coyuntura, varios analistas sostienen que el modelo actual de partidos políticos está profundamente cuestionado. La ciudadanía no siente reflejadas sus aspiraciones en los discursos de los candidatos, ni en las actuaciones de los presidentes. La percepción de la población, reflejada en múltiples encuestas, muestra que los grandes problemas nacionales como la corrupción, los amaños, la inseguridad, el desempleo, la migración masiva,  no están siendo enfrentados.

La voz del Arzobispo

El 3 de febrero próximo, nuevamente el país realizará elecciones presidenciales.

En este contexto, el Arzobispo de San Salvador,  Mons. José Luis Escobar, declaró a  Vatican News las preocupaciones de los obispos de El Salvador en el actual momento electoral. Consideran que la democracia en Centro América es todavía muy débil y por eso llaman a una mayor participación de los ciudadanos.

Preguntado por las propuestas electorales de los candidatos, expresó: “pedimos a las autoridades que vengan elegidas, ser responsables con sus compromisos y velen por defender los intereses del pueblo que los eligió.  Que promuevan leyes justas, que en verdad velen por el bien común. Concretamente, nos preocupa el tema del agua, porque hay una intención manifiesta, un deseo muy grande de algunos de privatizar el agua, digo algunos, porque es un grupos pequeño de personas, pero pudientes , son los que tienen el gran capital en sus manos y dominan la voluntad de la sociedad”.