Obispos Venezuela: nuevo período presidencial ilegítimo en origen
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
Es “moralmente inaceptable” prolongar el fracaso e ineficiencia del poder de las últimas décadas: ha sido contundente el rechazo de los obispos a la pretensión de iniciar un nuevo período presidencial este 10 de enero por parte de Maduro, debido al vicio en su origen, a saber, el de la convocatoria ilegítima del pasado 20 de mayo, que “abre una puerta al desconocimiento del Gobierno porque carece de sustento democrático en la justicia y en el derecho”.
La exhortación del Episcopado Venezolano ha sido leída en el curso de la 111ª Asamblea Ordinaria, este miércoles 9 de enero a tres voces por el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, Mons. Raúl Biord Arzobispo de la Guaira y 2º Vicepresidente de la Cev y Mons. Freddy Jesús Fuenmayor Suárez, Obispo de Los Teques.
Los prelados recordaron el pedido hace tres años (el 1-12-2016) del Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, relativo a la restitución a la Asamblea Nacional del rol previsto en la Constitución del País. “El voto de confianza que el pueblo venezolano le ha conferido debe ser retribuido con el cumplimiento de los deberes de los diputados, diseñando y redactando las leyes que necesita el país para el restablecimiento de la democracia y la vuelta a la decencia y honestidad en la administración de los fondos públicos”, expresaron.
Interpelan las palabras del Papa
Recordando las palabras del Papa Francisco en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1º de enero, cuando se refirió a la función y responsabilidad política como “desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo”, manifestaron que el pedido del Papa “nos interpela”, y subrayaron la necesidad de buscar juntos – como también dijo el Santo Padre el lunes en el discurso a los Embajadores- caminos de “concordia” y entendimiento, de unión del pueblo venezolano, de respuestas a los múltiples problemas y de defensa de los derechos humanos que nos permitan superar la crisis y atender a los más pobres.
En el inicio de la exhortación, el episcopado afirmó recibir el 2019 “con la confianza puesta en Dios, como una buena oportunidad para el cambio que el país pide a gritos: la recuperación del Estado de Derecho según la Constitución y la reconstrucción de la sociedad venezolana, en dignidad, libertad y justicia para todos”.
"Moralmente inaceptable" querer mantener a toda costa el poder
Con clamor, se refirieron a la dramática y grave situación que vive el pueblo venezolano a causa del deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, “sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien acudir”: “Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡es moralmente inaceptable! Dios no quiere que por el sometimiento a injusticias sufra el pueblo. Urge, por tanto, asumir el clamor popular de un cambio, de una concertación para una transición esperada y buscada por la inmensa mayoría”, dijeron.
Pretensión de iniciar nuevo período presidencial ilegítima en su origen
Asimismo reiteraron que “la convocatoria del 20 de mayo (para elegir el Presidente de la República) fue ilegítima, como lo es la Asamblea Nacional Constituyente impuesta por el poder ejecutivo”: “Vivimos un régimen de facto, sin respeto a las garantías previstas en la Constitución y en los más altos principios de dignidad del pueblo” (No temas, yo estoy contigo, n. 6). Por tanto, la pretensión de iniciar un nuevo período presidencial el 10 de enero de 2019 es ilegítima por su origen, y abre una puerta al desconocimiento del Gobierno porque carece de sustento democrático en la justicia y en el derecho”, afirmaron.
Asamblea Nacional electa único órgano público legítimo
Los obispos reconocieron que en medio de esta crisis “política, social y económica”, “la Asamblea Nacional, electa con el voto libre y democrático de los venezolanos”, es actualmente “el único órgano del poder público con legitimidad para ejercer soberanamente sus competencias”.
Necesaria la articulación de todos los sectores sociales
Es necesaria la articulación de todos los sectores sociales, afirmaron los prelados, tras referirse al rol de la ciudadanía como actores de primer orden en el país: “no podemos ser simples espectadores”, subrayaron, recordando al pueblo que “la defensa de la libertad ha costado mucha sangre y muchos sufrimientos, para ver de lejos lo que la mayoría rechaza: políticas de hambre, persecución política, represión militar y policial, presos políticos, torturas, corrupción, ineficiencia e ineficacia en la gestión pública". "Como ciudadanos y como instituciones – añadieron - nos toca asumir las responsabilidades que nos competen para mejorar la actual situación y recuperar el país con sus valores y potencialidades.
El compromiso de la Iglesia venezolana
Son tres las direcciones en las que el Episcopado Venezolano señala su compromiso como Iglesia: en primer lugar en las diócesis y en las parroquias “para seguir ayudando a la supervivencia, tanto de los más débiles y desprotegidos dentro del país como a los que han emigrado buscando trabajo y mejores condiciones de vida, así como refugio y asilo”. En segundo lugar se comprometen a seguir trabajando “en la defensa y promoción de los derechos humanos, en particular de los que carecen de todo, de los amenazados de muerte, de los perseguidos y privados de libertad”. Y en tercer lugar, se proponen “seguir desarrollando programas de formación y organización que permitan la recuperación de la institucionalidad democrática y la reconstrucción del país de una forma pacífica”. Todo esto enmarcado en el proceso de evangelización que promueve los valores de verdad, autenticidad, justicia, solidaridad, paz, reconciliación y fraternidad.
Gratitud al Papa, a las Iglesias y Gobiernos de diversos países
En la conclusión de la exhortación, el episcopado agradeció al Romano Pontífice por “su constante cercanía y preocupación por nuestra patria”. A las Iglesias y Gobiernos de diversos países por “su solidaridad y su atención a los compatriotas que, producto de la crisis, han tenido que dejar el país en búsqueda de mejores condiciones de vida”, y a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, así como a las muchas iniciativas que en este campo se están llevando adelante desde Cáritas a nivel nacional, diocesano y parroquial, desde la comisión de Justicia y Paz y las vicarías de Derechos Humanos, de otras organizaciones y asociaciones manifestaron su aprecio, invitando, por último a “articular iniciativas y proyectos en favor del pueblo a los hermanos de otras iglesias y de otras religiones, a las instituciones públicas y privadas, a los empresarios, profesionales, trabajadores y obreros, para trabajar por la paz y por un mejor país”.
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