Una sinagoga de Panamá acoge peregrinos polacos
JMJ y Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
La sinagoga Kol Shearith Israel (KSI), en el barrio de Costa del Este, decidió abrir sus puertas ante la avalancha de jóvenes que iban a venir y que no tenían todavía sitio. Un grupo de voluntarios está atendiendo los 50 jóvenes peregrinos que se alojan en este lugar. El arzobispo de Panamá agradece el esfuerzo de todas las comunidades de fe, especialmente reconoce el “gran gesto que los hermanos judíos han tenido de abrir las puertas a los peregrinos que vienen a participar de esta gran fiesta”, y retomando las palabras del papa Juan Pablo II reconoció que “nuestros hermanos judíos son nuestros hermanos mayores”.
Un gesto natural de fraternidad
Gustavo Kraselnik, rabino de KSI, admite que este gesto salió de forma natural por las excelentes relaciones entre la Iglesia y sus autoridades a nivel general y en particular con “nuestros amigos de la parroquia San Lucas, en Costa del Este”. Han hecho proyectos sociales conjuntamente y encuentros musicales, culturales y convivencias. Al conversar con algunos amigos de la parroquia sobre la JMJ y los preparativos, de una manera informal y amistosa, pusieron a disposición de la JMJ el espacio en los salones de clase de la Sinagoga.
El enorme trabajo que se ha estado llevando a cabo en Panamá caló hondo en la comunidad: “Hemos sido testigos del esfuerzo y del cariño que ellos y tanta gente a lo ancho y largo del país han puesto en el recorrido de preparación y me siento muy orgulloso que como congregación recibamos a estos jóvenes” dijo Kraselnik.
Lazos de amistad entre ambas comunidades
En Panamá hay una larga trayectoria de diálogo interreligioso que comenzó hace unos 50 años después de la declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate, pero que tuvo un giro tras septiembre 2001 cuando en palabras de Kraselnik “todos los religiosos nos dimos cuenta que tenemos que juntarnos para mandar un mensaje positivo donde la fe tiene que ser fuente de inspiración y tenemos que rechazar toda forma de terrorismo”. La conciencia de comunidad fue creciendo junto con el interés por compartir más allá de las diferencias: “comenzamos a reunirnos, a conocernos a juntarnos, a ver como son las casas de culto de las otras casas religiosas” cuenta, intentando aprender sobre las costumbres de los otros, sus tradiciones y “sus libros sagrados” y se ha luchado por promover ciertos valores como “la justicia, el respeto y el reconocimiento de la diversidad”. Esto tuvo un gesto muy llamativo en la ceremonia de apertura de la ampliación del Canal de Panamá cuando se invitó a cinco líderes religiosos.
Un poco más de historia
La comunidad Kol Shearith Israel de Panamá fue fundada cuando comenzaron a llegar a este país familias judías emigrantes a mediados del siglo XIX provenientes del Caribe. El flujo de viajeros que se dirigían “Gold Rush” de California creó en Panamá una economía en auge y motivó que muchos se instalaran ahí. Exceptuando Israel, Panamá es el único país del mundo con presidentes judíos: Max Delvalle y Eric Delvalle. El terreno donde se edificó la sinagoga fue donado por la empresa que desarrolló Costa del Este, una sociedad a la que pertenecen judíos, católicos y musulmanes.
Se agradece la foto de la cuenta de Instagram: @LikePanama-
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