JMJPanamá. Un balance de la Jornada
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Con el título: “Memoria agradecida y comprometida de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá” intervinieron el arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa, el Rabino de Panamá Gustavo Kraselnik y el encargado de los jóvenes en el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, padre Joao Chagas.
El Padre Chagas y Mons. Ulloa nos hacen un balance de lo que fue esta JMJ.
El Padre Chagas afirma en nuestra entrevista, que según reacciones de muchos obispos y jóvenes , fue una de las mejores jornadas. En proporción a la población local, es una de las más grandes de la historia, si consideramos que Panamá es un país con cuatro millones de habitantes.
Y Mons. Ulloa dijo que el mejor balance es saber que el Pueblo panameño fue capaz de unirse y dar lo mejor que hay de cada uno. Se reconoció una vez más como el país que une y crea puentes.
El Rabino Kraselnik, nos dio su testimonio. Esta JMJ se caracterizó también por el diálogo ecuménico.
El miércoles después de su viaje a Panamá, el Papa Francisco y como es habitual, hizo un balance del viaje en la Audiencia General. Recordó la labor de los voluntarios, fundamental en las JMJ.
Esta JMJ, tuvo dos momentos significativos en la preJornada: el encuentro de los jóvenes de los pueblos nativos y afroamericanos. "Un hermoso gesto, expresó el Papa, tuvieron cinco días de encuentro, los jóvenes indígenas y los jóvenes afrodescendientes".
A los jóvenes en Panamá, el Pontífice puso de ejemplo a la Virgen, "aquella que, en su pequeñez, más que cualquier otra persona, ha 'influido' en la historia del mundo". Y también expresó que los jóvenes son el hoy de la Iglesia, necesitados también de "Instrucción, es decir, educación. Trabajo: cuántos jóvenes carecen de él. Comunidad: que se sientan acogidos en la familia y en la sociedad".
Otro tema que se habló en el conservatorio el efecto que tuvo esta JMJ en los jóvenes, siempre como es habitual después de cada Jornada Mundial el movimiento Neocatecumenal se reúne. En ese encuentro se pudo ver los frutos de la JMJ. Unos 700 chicos, 650 chicas y 600 familias decidieron entregar su vida a Dios.
Este encuentro, tiene su objetivo Vocacional en el que participaron unos 25.000 jóvenes de todo el mundo. Lo presidió el cardenal de Boston, Sean O'Malley, que escuchó a Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal.
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