Protección Menores. Realidades en países árabes
Griselda Mutual – Vatican News
El contexto social que se vive en las distintas realidades de nuestro mundo obliga a comprender la necesidad del encuentro sobre protección de menores convocado por el Papa Francisco, para tomar un camino común universal mirando también con atención a las particulares realidades territoriales. En este caso, nuestra mirada se detiene en la República Árabe de Egipto, en donde hablar de sexualidad es un camino que se realiza con suma delicadeza respecto a “una cultura que prefiere resolver y afrontar las cosas en modo interno”. Lo explica Su Beatitud Ibrahim Sidrak, Patriarca de Alejandría de los Católicos Coptos.
¿Cuál es su visión del encuentro en el que está participando?
R.- Al inicio vine pensando que el tema no tenía que ver con nosotros directamente, porque se habla principalmente en los medios de América y de algunos países europeos. En cambio desde que llegamos se descubre con claridad que el tema tiene que ver con toda la humanidad, y por lo tanto para la Iglesia, y sobre todo para la Iglesia Católica, es importante tener este rol de leadership, aunque si muchos atacan a la Iglesia católica y hablan mal de la Iglesia católica, despacio descubren que la Iglesia busca de todo para ser transparente en el afrontar el problema.
¿Cómo se aborda este argumento en su realidad de pastoral?
R.- Nosotros pertenecemos a un contexto oriental, en donde el hablar de la sexualidad es muy “prudente” digamos, y muy poco. Todo es tabú, pero despacio, con esta comunicación social todos comienzan a hablar. La educación es lenta, el hablar claro del tema es lento respecto a una cultura que prefiere resolver y afrontar las cosas en modo interno. En la iglesia también hacemos muchos pasos: hablar con los niños, los educadores, también con los sacerdotes en los encuentros generales. Vamos hacia adelante despacio, pero aquí que tenemos que trabajar a nivel no solamente de la Iglesia Católica, sino también a nivel ecuménico con otras iglesias y con la sociedad.
¿Qué frutos espera de este encuentro?
Pienso que serán muchos, pero no se pueden decir aun. El primero, es evitar hablar individualmente del tema, sino hablarlo como Iglesia en colegialidad, reunidos ante la presidencia del Santo Padre. Todos los responsables de la Iglesia comenzamos a afrontar el tema no solamente como problema, sino también como tema que interesa a la humanidad, y la Iglesia es sierva de la humanidad.
Por lo tanto es importante llegar a intercambiar nuestras ideas sobre el problema, saber los diversos contextos, y hablar poniendo luz todas las dimensiones: hablando de las víctimas, hablando del abusador porque ellos a su vez pueden ser víctimas o tienen necesidad de ser seguidos- sanados, hablar de la justicia. hablar de la sanación, del acompañamiento, del cómo hacer normas generales comunes con las especificidades de cada contexto local. Por lo tanto todos estos frutos ayudan a que el tema no sea disperso solo en los mass media – sobre todo en aquellos menos serios que hablan para ganar algo - sino hablar para llegar a una solución en la Iglesia, en las familias y en la sociedad.
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