Colombia abre sus brazos para recibir a migrantes y refugiados
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Frente a la emergencia humanitaria que se ha presentado con la migración de venezolanos a Colombia, la Iglesia Católica ha dado respuesta a esta difícil situación en toda la nación. El Secretariado Nacional de Pastoral Social colombiana ha unido esfuerzos con las jurisdicciones eclesiales de Cúcuta, Riohacha, Puerto Carreño, Arauca, Barranquilla, Ipiales y Bogotá para ayudar a los refugiados que llegan desde Venezuela.
Desde varias parroquias se llevan a cabo acciones fundamentales centradas en la protección y seguridad de las personas que llegan a la frontera: acoger, proteger, promover e integrar.
Principalmente, se les proporcionan alimentos, asesoría jurídica y acceso a servicios de salud.
Otra iniciativa que han puesto en marcha es brindar acompañamiento a las personas que migran para que no sean víctimas de explotación o trata de personas. Y todo ello formando parte de la Campaña mundial de Migración y Refugio "Compartiendo el viaje" (Share the Journey) y del Proyecto Puentes de Solidaridad impulsados por el Papa Francisco y Caritas Internationalis.
En este contexto y ante la preocupación que despierta en varias sociedades el tema de la "caravana migrante", Mons. Misael Vacca, Obispo de la Diócesis de Duitama-Sogamoso y Miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de Colombia, responde con claridad a la cuestión de si se debe temer o no, a la actual crisis humanitaria derivada de las migraciones que afectan a esta región y también a otros países.
- «Pienso que este signo no nos tiene que asustar, al contrario, nos debe despertar un poco. Me viene a la mente aquel pasaje del Evangelio, en el cual Jesús estaba rodeado de mucha gente y los apóstoles le dicen: "Señor, despídelos porque aquí no tenemos qué comer" y Jesús les dice: "Denles ustedes de comer”», explica el prelado.
«Es comprensible que nos inquiete todo lo que está pasando, pero al mismo tiempo debemos mirar esta situación desde la luz de la fe para que despierte en nosotros el deseo de solidaridad», concluye Mons. Vacca recordando la invitación del Papa a "crear ambientes y espacios para ofrecer a los migrantes un alojamiento adecuado y decoroso".
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