Campaña Cuaresma de Fraternidad. Iglesia chilena por los migrantes
Ciudad del Vaticano
Se trata de una colecta nacional que la Iglesia desarrolla desde 1982 a través del Área de Pastoral Social - Cáritas de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh). Comienza el Miércoles de Ceniza y concluye el Domingo de Ramos.
Campaña Cuaresma de Fraternidad
Con este evento, que tiene como tema "Tu contribución y la nuestra, la esperanza de todos", Caritas y la Conferencia Episcopal Chilena pretenden recaudar fondos y promover proyectos para los migrantes. Fundada en 1982, la campaña se dedica este año, y los dos siguientes, a la fuerte inmigración, especialmente desde Venezuela, Haití y Nicaragua, en un país donde vive alrededor de un millón de inmigrantes, lo que equivale al 4% de la población.
Acoger al extranjero
Acoger, proteger, promover, integrar" son las enseñanzas del Papa Francisco a quien la Iglesia chilena ha querido dar seguimiento en su realidad local: todo el producto de las ofertas en las parroquias durante la Cuaresma se destinará a financiar programas que aumenten "la acogida a través de espacios de orientación y regularización del estado del migrante, con vistas a la asistencia jurídica, laboral, de seguridad social y sanitaria".
La "protección" se expresará en la "defensa de los derechos y la dignidad, especialmente de los más vulnerables" (niños y mujeres embarazadas) y en la prevención de la explotación laboral y la trata de personas. El verbo "promover" -explica Silva a la agencia Fides- se combinará en proyectos de formación profesional, networking para promover el empleo y el acceso al empleo, cursos de español y criollo. Por último, la integración se logrará mediante campañas de comunicación y sensibilización contra la discriminación, la xenofobia, la agresión y los prejuicios relacionados con las enfermedades, el tráfico de drogas o la prostitución. "Estamos particularmente interesados en promover un cambio de enfoque porque los hermanos migrantes dan mucho al país anfitrión, en términos de fuerza de trabajo, multiculturalismo y creatividad.
Si con el tiempo los venezolanos han logrado sentirse menos "extranjeros" que los demás (también gracias a la consideración que les tiene el Presidente de la República de Chile, Sebastián Piñera, quien tiene una deuda de gratitud "por haber acogido a muchos migrantes chilenos como hermanos en el pasado"), de lo contrario se ha dirigido a los migrantes haitianos que más que todos han sentido la carga del cambio: poco trabajo y mal pagados, un clima muy diferente al de su tierra de origen y la dificultad para entender una nueva lengua han llevado a más de mil de ellos, trasladados en los últimos dos años, a volver a casa aprovechando la llamada "Operación retorno" preparada por el gobierno.
Dificultades para los migrantes
Estas dificultades, también las han tenido migrantes de otros países. Según una encuesta publicada por el Instituto Chileno de Investigación (Cadem), el 67 por ciento piensa que los chilenos discriminan a los inmigrantes y el 40 por ciento cree que la llegada de extranjeros es mala para el país.
Según el Director Nacional del Servicio Jesuita al Migrante, Padre José Tomás Vicuña, "los que quieren regresar son los que han sufrido discriminación o lesión de sus derechos. Es el coste de una mala política, porque lo ideal sería que nadie volviera. Como sociedad, debemos cuestionarnos a nosotros mismos. Esto no es un problema menor para Chile, que en los últimos cuatro años se ha convertido en el estado latinoamericano al que más ha aumentado el flujo de migrantes.
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