Nueva Zelanda prohíbe la venta de armas de asalto y semiautomáticas
Este jueves, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció la prohibición de las armas semiautomáticas y los fusiles de asalto, después del atentado a las dos mezquitas de Christchurch, en la que fallecieron 50 personas por mano del supremacista blanco Brenton Tarrant. "El 15 de marzo cambió la historia de nuestra nación. Ahora también cambiarán nuestras leyes. Vamos a hacer que nuestro país sea un lugar más seguro", precisó Ardern. Inmediatamente después de la masacre, la primera ministra de Nueva Zelanda prometió un endurecimiento de la legislación con respecto a la compra de armas, que permitió al atacante comprar legalmente el arsenal con el que llevó a cabo el atentado.
En una comparecencia televisada la primera ministra Arden afirmó que "todas las armas semiautomáticas de estilo militar usadas durante el ataque terrorista del viernes 15 de marzo serán prohibidas", al tiempo que precisó que el proyecto de ley será presentado ante el Parlamento cuando se reúna en abril próximo, por lo tanto, la nueva ley podría estar lista para el 11 de abril.
La reforma normativa prevé también una amnistía para aquellos que entreguen sus armas, así como de un plan de recompra por parte de las autoridades que será anunciado más adelante.
Lucha global para “erradicar” ideología de grupos racistas supremacistas
En una entrevista a la BBC la primera ministra Arden hizo un llamamiento global: “Lo que Nueva Zelanda ha sufrido es la violencia ejercida contra nosotros por alguien que ha crecido y ha asimilado esta ideología en otro lugar. Si queremos estar seguros a nivel global y ser tolerantes e inclusivos, no debemos pensar en este problema en términos de fronteras nacionales".
Jacinta Arden expresó también su claro rechazo a la idea, usada por la extrema derecha, de que el aumento de los flujos migratorios es lo que hace crecer el racismo. "Nosotros somos un país anfitrión", precisó.
Un sin nombre
Refiriéndose al autor del atentado, Brenton Tarrant, la primera ministra neozelandesa prometió no mencionarlo jamás: “uno de sus objetivos – dijo – era el de volverse famoso y nosotros queremos negárselo de la manera más absoluta”. “Es un ciudadano australiano – dijo - pero eso no significa que no exista tal ideología en Nueva Zelanda”, subrayando que siente la responsabilidad de “extirparla dondequiera exista y hacer que no se pueda crear un ambiente donde pueda arraigarse”.
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