Iglesia Marruecos: Papa favorecerá puente con islam y auxilio a emigrantes
Ciudad del Vaticano
Mons. López, con jurisdicción sobre casi todo el territorio marroquí (a excepción de la franja norte, competencia del Arzobispado de Tánger), recuerda que son precisamente los emigrantes los que en los últimos años forman la mayor parte de la iglesia católica en Marruecos, formada por unas 30.000 personas de "más de cien nacionalidades".
La iglesia marroquí está formada por "más hombres que mujeres, más jóvenes que ancianos (la edad media es 35 años) y más negros que blancos", recuerda el Arzobispo, en alusión a las colonias subsaharianas que en las dos últimas décadas han cambiado la cara a la iglesia en Marruecos.
El Papa en Rabat
Un coro de 500 jóvenes, casi todos estudiantes subsaharianos, cantará para el Papa en la única misa que celebrará en Rabat y que será en varios idiomas, aunque Francisco leerá las partes fijas en español, precisó López.
El Papa visitará previamente el centro de Cáritas en Rabat, que el año pasado atendió a más de 9.000 emigrantes "en el espíritu samaritano del que acoge al que está herido o tirado sin preguntar de dónde viene ni a dónde va", siendo estos beneficiarios (de medicinas, alimentos o consejo legal) las poblaciones más vulnerables: niños, madres, ancianos o enfermos.
López niega que la iglesia esté de modo alguno fomentando la emigración: "Ni estamos para alentar la emigración a Europa, ni para impedirla. No colaboramos con los que quieren llegar a Europa, pero tampoco vamos a hacer de barrera hacia esos países", aclaró.
La Iglesia en Marruecos -aclaró el Arzobispo- sigue las cuatro acciones que el Papa ha pedido para con los emigrantes: acoger, proteger, promover e insertar en la sociedad, tal como dejó claro Francisco en su primer viaje a la isla de Lampedusa.
Puentes entre cristianismo e islam
El Arzobispo recuerda que, en relación con el islam, "el Papa siempre insiste en tender puentes donde muchos quieren construir muros", porque "musulmanes y cristianos no somos enemigos ni adversarios, ni nos disputamos un mercado, sino que somos hermanos, creyentes en un solo Dios verdadero".
Con respecto a dos viajes tan seguidos a países musulmanes (el de Emiratos Árabes en enero y el de Marruecos), López entiende que "hay una clara intención (de Francisco) de favorecer el diálogo entre islam y el cristianismo, de unir fuerzas para trabajar por la consecución de la paz y de un mundo mejor",
El Arzobispo no rehúye la espinosa cuestión de los cristianos marroquíes, no reconocidos por la ley, dejando claras dos cosas: primero, que el derecho de un marroquí a convertirse "no nos compete, es una cuestión interna de este pueblo".
Pero, además, en la iglesia -subrayó- "no queremos hacer publicidad, ni hemos venido a aumentar los efectivos o a hacer más clientes; nuestro objetivo es construir el Reino de Dios".
Los dos últimos papas -subraya López- han dejado claro que "el cristianismo se difunde por atracción" y no por proselitismo (actividad que la ley marroquí pena con la cárcel si se trata de proselitismo cristiano).
De hecho, los conversos marroquíes al cristianismo practican en su práctica totalidad credos evangélicos, y se reúnen en "iglesias domésticas" con cierta tolerancia de las autoridades, que por otro lado no les reconocen el derecho a cambiar de nombre ni exime a sus hijos de la educación islámica en la escuela.
El Arzobispo de Rabat zanja la cuestión y evita toda crítica que pueda ser interpretada como política: "Estoy satisfecho de que los cristianos en Marruecos podamos vivir en paz y tranquilidad, y practicar nuestra fe con total libertad". EFE
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