15 nuevos diáconos permanentes al servicio de la Iglesia en Panamá
Ciudad del Vaticano
Los nuevos ordenados provienen de 8 parroquias de la Arquidiócesis panameña: Arcenio López, Luis Carlos R. Leal, Rangel León, Eduardo Mendoza, Adelino Pérez, Gilberto Tapia, Erick Valenzuela, Chanito Vásquez, Boris Castillo, Ricaurte Chávez, David Delgado, Orlando García, Giovanni Guerra, Inocente Guerra y Saturnino Labrador Bazán.
Diáconos dispuestos a servir
“Dispuestos a servir a los necesitados, sin discriminación, especialmente a aquellos que son el rostro sufriente de Jesucristo, en medio de las comunidades es la tarea principal del diácono permanente”, fue el aliento de Mons. Ulloa a estos quince nuevos ministros de la Iglesia, ordenados ante unas 800 personas, congregadas en el Gimnasio de la Universidad Santa María la Antigua.
Hombres de justicia y de paz
Durante la homilía, el Arzobispo de Panamá advirtió que el diácono debe ejercer un ministerio bien específico, "primero en su hogar, para luego hacerlo en las comunidades cristianas. A su vez tienen el oficio de enseñar, están llamados a proclamar e instruir a los demás, Dios los ha llamado a ser hombres de justicia y de paz", añadió.
La gracia del Espíritu Santo
“Dios los llama a que vivan de forma permanente su servicio a la Iglesia. Su ministerio es un don de Dios que les quiso regalar mediante la gracia del Espíritu Santo, a través del cual recibirán la capacidad de representar a Cristo en la faceta más importante que es en la "palabra, la caridad y en la liturgia", afirmó el prelado.
Un diácono permanente puede bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar. Pero, a diferencia del sacerdote, no puede presidir la Santa Misa, confesar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
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