Arzbpo. de Rabat: se debe alcanzar el ideal “cada hombre es mi hermano”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Para el español Mons. Cristóbal López Romero, Arzobispo de Rabat, hay dos aspectos que marcan el reciente viaje del Papa a Marruecos. El primero: “la participación, implicación y entusiasmo de todos”, es decir, “de Su Majestad el rey Mohammed VI, las autoridades marroquíes, la comunidad cristiana y el pueblo de Marruecos”. El segundo: “la profundidad y la cualidad de los mensajes”, refiriéndose “tanto a los cuatro discursos del Papa Francisco como al mensaje del rey Mohammed VI en la explanada de la Torre Hassan”, los cuales – ha señalado – “son dignos de ser estudiados y aplicados” porque son mensajes validos no sólo para Marruecos “sino para el mundo entero y para la Iglesia Universal”.
En sus declaraciones al periodista Alessandro Di Bussolo de Vatican News, Mons. Romero también asegura que hasta ahora sólo se hablaba de “coexistencia” y de “tolerancia” y repite las palabras que expreso el rey cuando dijo que “la tolerancia es poco”: “Yo esto lo he dicho siempre – dice el arzobispo de Rabat – debemos pasar a la amistad, a la comprensión mutua, al enriquecimiento recíproco y a hacer obras juntos”. En este sentido subraya además que debemos “construir la fraternidad universal empezando por nosotros”, “un salto cualitativo – puntualiza – en el diálogo islámico-cristiano”.
“El ideal” según Mons. Romero: fraternidad universal
“Este es el ideal: cada hombre es mi hermano” dice Mons. Romero y asegura que aunque el lema viene de muy lejos, “aun no nos lo creemos del todo” y “no lo podemos en práctica”. Y junto al lema: “cada hombre es mi hermano” agrega también “mi casa es el mundo” y “mi familia es la humanidad”; tres expresiones que “nos llevan a la utopía de una fraternidad o hermandad universal, como quiere el Papa”.
El objetivo de la Iglesia no es aumentar clientes sino el Reino de Dios
Por último, el Arzobispo de Rabat explica que la Iglesia Católica “no quiere hacer proselitismos”, pues su objetivo es: “el Reino de Dios”, que la paz “crezca” y que haya “más fraternidad, más respeto por la vida, más amor y más verdad” y no “aumentar los clientes de la Iglesia”. Objetivo que cree que Marruecos ya ha entendido porque “les respetan mucho, les estiman y les ayudan cuando lo necesitan” concluye.
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